Esta semana, algunos medios de comunicación sembraban el pánico sobre un estudio de la Universidad de Granada en el que se concluía que el contenido de bisfenol A de los tickets de papel térmico (en los que se borra la tinta) puede provocar serios problemas de salud como cáncer e infertilidad.

Esta difusión, ha provocado una gran alarma y no he parado de escuchar barbaridades al respecto. Hace un par de días, estaba en un supermercado en el que una clienta preguntó al empleado ¿qué pasa con los tickets, no se pueden mezclar con la comida porque provocan cáncer? ante lo cual, el empleado afirmó y yo pensé «mal estamos si se están utilizando los tickets como ingredientes en la cocina o como snack de media mañana».

Bisfenol A

Supongo que la pobre clienta habría escuchado que el bisfenol A es una sustancia química empleada en algunos envases plásticos de uso alimentario y de lo que no había sido informada es que este aspecto se encuentra legislado mediante el Reglamento (UE) 2018/213 de la Comisión, de 12 de febrero de 2018, sobre el uso de bisfenol A en los barnices y revestimientos destinados a entrar en contacto con los alimentos y por el que se modifica el Reglamento (UE) nº 10/2011 por lo que respecta al uso de dicha sustancia en materiales plásticos en contacto con los alimentos.

Este Reglamento establece en 0,05 mg/kg  la cantidad máxima permitida de bisfenol A liberada desde un material u objeto en alimentos y prohíbe el uso en biberones de policarbonato destinados a lactantes y niños de corta edad. Para asegurar su cumplimiento, las autoridades realizan los controles necesarios en los materiales en contacto con alimentos.

En 2015 ante la controversia que ya existía sobre este tema, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó la reevaluación sobre exposición y toxicidad a bisfenol A  en la que se disminuye el límite de ingesta tolerable (de 50 a 4 µg/kg de peso corporal y día) alegando que los métodos de análisis empleados fueron más precisos que en evaluaciones anteriores.

En los alimentos vemos que está controlado y como los tickets no forman parte de nuestra dieta no tiene sentido relacionar este tema con la alimentación.

90% de los tickets de compra contienen este compuesto

En cuanto a la posible transferencia de bisfenol A al organismo a través del contacto con las manos, el estudio de la Universidad de Granada determina que el 90% de los tickets de compra contienen este compuesto relacionado con graves problemas de salud; pero en la revisión de la EFSA también se tuvo en cuenta este tipo de contacto a la hora de afirmar que la dosis de exposición diaria es muy baja como para que pueda provocar estos daños.

Pero si aún nos quedan dudas, esta sustancia como todas las que manipulamos e ingerimos se encuentra vigilada y el Reglamento (UE) 2016/2235 de la Comisión, de 12 de diciembre de 2016, que modifica, por lo que respecta al bisfenol A, el anexo XVII del Reglamento (CE) n.° 1907/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo al registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias y mezclas químicas (REACH) establece que a partir del 2 de enero de 2020 no se comercializará en papel térmico con una concentración igual o superior al 0,02 % en peso.

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Fuente: Cristina Arranz / Técnico de seguridad alimentaria de Ambientum,



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