Doñana se seca. Le están robando el agua que le da vida y eso está sucediendo desde hace años. Demasiados años. Tantos que el daño que se ha inflingido a este enclave natural, declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, podría ser irreversible.

El robo del agua de Doñana no es un símil, es literal: decenas, cientos de pozos se han perforado en las últimas décadas en el entorno del parque succionando el líquido elemento de los acuíferos subterráneos de los que se alimenta.

Y las aguas subterráneas no son las únicas que se están evaporando, puesto que las marismas que constituyen uno de los principales ecosistemas del espacio están también sufriendo las consecuencias de la acción humana. Doñana está cercada y sufre, además, la presión del turismo y de las explotaciones agrícolas que la circundan.

Ante esta situación, las medidas que han adoptado las autoridades españolas no es que hayan sido insuficientes, es que prácticamente no las ha habido. Al menos, ésa es la opinión de la Comisión Europea y ése es el argumento por el que esta semana ha anunciado una denuncia contra España ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), fundamentada en la «inacción» del Gobierno ante el expolio de agua que ha puesto en serio peligro la supervivencia misma del parque nacional.

Doñana

La Comisión advierte de las «grandes cantidades de agua» que se han desviado, y se desvían, desde el acuífero que abastece a Doñana y cómo esto se traduce en un grave deterioro de áreas de gran importancia medioambiental. Y, critica, «España no está tomando las medidas adecuadas».

Pero la Comisión Europea no es la única que ha dado la voz de alarma sobre Doñana. La Unesco ha llegado a amenazar con incluirla en el listado negro del Patrimonio de la Humanidad en peligro.

El proceso que se ha iniciado esta semana en Bruselas puede terminar con una condena millonaria para el Estado español. Para analizar lo que ha sucedido y vislumbrar lo que está por venir, EL MUNDO ha preguntado a uno de los mayores expertos en Doñana, el biólogo y ex director de la Estación Biológica Javier Castroviejo.

Éstas son las claves que explican lo que está pasando con Doñana:

¿Por qué la Comisión Europea ha denunciado a España?

Todo parte de una denuncia del Club de Doñana y otra de WWF sobre el problema del expolio del agua de Doñana. La primera data de 2009 y la segunda, de 2010. «La situación de Doñana había llegado a un punto de no retorno» por, dice Castroviejo, «vulneraciones graves» de las directivas comunitarias de agua y hábitat.

¿Tan grave es la situación actual de Doñana?

«El deterioro es tal que, probablemente, sea muy difíl que tenga retorno», dice el biólogo que estuvo al frente de la Estación de Doñana y que la conoce palmo a palmo.

Advierte Castroviejo de la pérdida de biodiversidad que ha venido aparejada con la pérdida de agua, especies de fauna y flora que han desaparecido de Doñana o cuya presencia se ha reducido notablemente. Como el conejo, dice, «que hoy es una especie rara en Doñana». Por cierto, que es el alimento preferido del lince ibérico.

¿Doñana es o va camino de ser entonces un gran jardín sin animales?

Castroviejo opina que sí, que puede llegar a ser un «espacio vacío» sin apenas animales. No hay que perder de vista que fue la diversidad de la fauna lo que convirtió a Doñana en un enclave único. «Hoy la mayoría de especies que justificaron el parque se ve más fuera que dentro», asegura.

¿Se han incumplido, además de normas comunitarias, alguna española?

Castroviejo habla del Real Decreto 7/1999 que España aprobó para justificar ante la Unesco su compromiso con el parque tras el desastre de Aznalcóllar. Contemplaba la restauración de la marisma pero, en su opinión, «no se ha hecho nada en absoluto». Hay, apunta, «una responsabilidad clara del Gobierno central, de la Junta de Andalucía y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir».

¿Qué otras amenazas acechan a Doñana?

Además del agua, cita la propia gestión del parque, que ha sido «muy deficiente», y la contaminación que llega del Polo Químico de Huelva por aire y por mar, así como las perforaciones y extracciones de gas.

Asimismo, alude a otras amenazas, como la minería y los arrozales de Isla Mayor (Sevilla) por los pesticidas que se usan en ellos.

¿Que la Junta asumiese el parque fue perjudicial?

De eso no tiene dudas Castroviejo. Fue, sentencia, «enormemente perjudicial».

¿Es irreversible la situación?

Si no lo es aún, casi, viene a decir este experto, que abogapor un plan integral «sensato» para Doñana y, por supuesto, por el cumplimiento «inmediato» de las leyes.

¿Qué pasaría si no se adoptan medidas ya?

La conclusión de el ex director de la Estación Biológica de Doñana es contundente: «Doñana está acabada si no se hace algo».

Fuente: CHEMA RODRÍGUEZ / EL MUNDO,

Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/andalucia/2019/01/28/5c4b6801fdddfff0118b4631.html,



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