
En un giro inesperado, el esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte europeo ha sufrido un revés. Por primera vez en un trienio de descensos continuados, las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los automóviles nuevos matriculados en la Unión Europea, Islandia y Noruega experimentaron un repunte el año pasado, con un aumento del 0,4%. La situación es aún más pronunciada en el segmento de las furgonetas, donde el incremento alcanzó un 2,5%. Este desalentador dato se desprende de un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que arroja luz sobre las complejidades de la transición hacia una movilidad más sostenible.
El informe de la AEMA detalla que, si bien las emisiones promedio tanto de coches como de furgonetas de nueva matriculación se mantuvieron por debajo de los objetivos establecidos para toda la flota en 2024, se encuentran significativamente por encima de las metas más ambiciosas que entrarán en vigor a partir de 2025. Esto sugiere que, a pesar de los avances previos, el ritmo de descarbonización no es suficiente para cumplir con los futuros compromisos climáticos.
Aumento de emisiones de CO2
Los datos provisionales revelan que el año pasado se matricularon un total de 10,7 millones de coches nuevos en la UE, Noruega e Islandia, una cifra idéntica a la registrada en 2023. Sin embargo, la composición de esta flota ha sido determinante en el aumento de las emisiones. Apenas un 22% de estos vehículos fueron automóviles eléctricos, híbridos o híbridos enchufables. Lo más preocupante es que la proporción de vehículos eléctricos de batería, es decir, aquellos que funcionan exclusivamente con electricidad, experimentó un descenso de un punto porcentual en comparación con 2023. Esta contracción en la adopción de los vehículos más limpios se erige como la principal causa de que las emisiones medias de los coches nuevos vendidos el año pasado se situaran en 106,8 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, superando los 106,4 gramos por kilómetro de 2023.
A pesar de esta tendencia general, algunas naciones destacaron por su liderazgo en la adopción de vehículos eléctricos. Noruega, un referente en la materia, registró la cuota más alta de flota de coches eléctricos, con un impresionante 92% del total de vehículos vendidos. Le siguieron Suecia, con un 62%, y Dinamarca, con un 56%, demostrando que la electrificación del parque automovilístico es una meta alcanzable con las políticas adecuadas.
Retroceso de los eléctricos
En el segmento de las furgonetas, la situación presenta desafíos similares. El año pasado se matricularon 1,3 millones de furgonetas nuevas en la UE, Islandia y Noruega, lo que representa un incremento del 9% respecto a 2023. Sin embargo, la cuota de las furgonetas eléctricas experimentó un retroceso más pronunciado, cayendo del 8,3% en 2023 al 6,4% en 2024. Como consecuencia directa de este descenso en la adopción de vehículos menos contaminantes, las emisiones medias de las furgonetas nuevas se dispararon hasta los 185,4 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, lo que supone un aumento del 2,5% en relación con los 180,8 gramos del año anterior. En este sector, Francia, Alemania y Países Bajos fueron los países donde se matriculó más de la mitad de las furgonetas totalmente eléctricas, mientras que Noruega (30%), Suecia (21%) y Dinamarca (18%) encabezaron la lista en proporción de furgonetas eléctricas en general.
El sector del transporte en Europa es un actor clave en la emisión de gases de efecto invernadero, representando aproximadamente una cuarta parte del total. De esta proporción, tres cuartas partes provienen del transporte por carretera, lo que subraya la urgencia de descarbonizar tanto los turismos como los vehículos comerciales ligeros. La Unión Europea ha fijado objetivos ambiciosos, buscando reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte en un 90% para el año 2050, en comparación con los niveles de 1990. Un hito crucial en esta hoja de ruta es el objetivo de que todos los turismos y furgonetas nuevos matriculados a partir de 2035 tengan cero emisiones. El reciente informe de la AEMA, con su preocupante repunte de las emisiones, sirve como un recordatorio contundente de que, a pesar de los esfuerzos, el camino hacia una movilidad sostenible en Europa aún enfrenta obstáculos significativos.