El Mediterráneo durante el Messiniense

Un estudio del CSIC resuelve una paradoja geológica de hace más de 5 millones de años, revelando cómo el Mediterráneo pudo estar casi seco y al mismo tiempo contener agua dulce.

Introducción: una paradoja geológica de escala continental

La historia del mar Mediterráneo guarda enigmas tan antiguos como apasionantes. Uno de ellos, el llamado enigma del Messiniense, ha intrigado durante décadas a la comunidad científica: ¿cómo pudo este mar estar casi completamente vacío y, a la vez, contener agua dulce durante el mismo periodo geológico?

Un nuevo estudio liderado por el instituto GEO3BCN del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en Science Advances, da respuesta a esta contradicción aparente. Sus conclusiones abren una nueva ventana a la comprensión de uno de los episodios más extremos de la historia ambiental del planeta: la Crisis Salina del Messiniense, ocurrida hace más de cinco millones de años.

Qué ocurrió durante la Crisis Salina del Messiniense

Durante el periodo Messiniense (entre 7 y 5 millones de años atrás), el mar Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico, dando lugar a un proceso de evaporación masiva que derivó en la formación de un “gigante salino”: un depósito de sal de hasta un kilómetro de espesor bajo el fondo marino actual.

Esta etapa geológica se dividió en tres fases:

  1. Aumento de salinidad por el aislamiento.
  2. Precipitación de yeso y sal a gran escala.
  3. Lago-Mare, fase final en la que se formaron lagos interiores de salinidad variable.

Un mar casi seco… pero con fauna de agua dulce

El estudio del CSIC aborda la aparente contradicción de que, durante la etapa Lago-Mare, el Mediterráneo presentara indicios geológicos tanto de extrema desecación como de presencia de agua dulce. Por un lado, registros sedimentarios de lugares como Cuevas de Almanzora o Mallorca contienen fósiles de ostrácodos —crustáceos de agua poco salada— en estratos incluso por encima del nivel actual del mar. Por otro, análisis de sondeos profundos revelan fósiles similares en zonas muy bajas de la cuenca marina.

¿Cómo es posible que una misma región geográfica conserve huellas de un mar casi seco y, simultáneamente, de cuerpos de agua habitables por fauna dulceacuícola?

Un modelo numérico para 600.000 años de historia

La clave está en un modelo numérico desarrollado por el equipo de GEO3BCN-CSIC. Esta simulación reproduce más de 600.000 años de evolución geológica, teniendo en cuenta factores como:

  • Cambios orbitales en la insolación terrestre.
  • Variaciones en lluvias y evaporación.
  • Erosión fluvial.
  • Deformaciones de la corteza terrestre.

El modelo revela que, tras una caída del nivel del mar de hasta dos kilómetros por debajo del actual, el Mediterráneo osciló en niveles debido a los ciclos climáticos. Durante esos periodos, ríos y lagos del interior de Eurasia, como los del antiguo Paratetis (desde los Alpes al mar de Aral), vertieron grandes volúmenes de agua dulce al Mediterráneo, elevando su nivel hasta 1.300 metros.

Impacto en los ecosistemas y legado geológico

Este vaivén hídrico no solo resolvió el dilema geológico, sino que también tuvo un impacto devastador en los ecosistemas. Los pocos refugios biológicos durante el Lago-Mare eran entornos inestables, donde las aguas dulces y saladas se mezclaban. Solo unas pocas especies lograron adaptarse a condiciones tan extremas.

La abrupta reapertura del Estrecho de Gibraltar y la entrada de aguas atlánticas puso fin a esta crisis, dando paso al Mediterráneo que hoy conocemos.

¿Por qué importa este descubrimiento hoy?

Más allá del valor histórico, este tipo de investigaciones permite:

  • Comprender cómo se forman gigantes salinos en la Tierra.
  • Interpretar correctamente registros sedimentarios ambiguos.
  • Anticipar cómo podrían reaccionar los sistemas marinos ante cambios extremos en el clima o la conectividad oceánica.

Además, estos hallazgos ayudan a entender los efectos de las crisis medioambientales pasadas, ofreciendo lecciones valiosas para afrontar los retos climáticos actuales.

Conclusión: una nueva narrativa geológica para el Mediterráneo

El trabajo del CSIC no solo resuelve una antigua paradoja, sino que propone un nuevo marco interpretativo para eventos similares en otras cuencas del planeta. La capacidad de modelar fenómenos geológicos pasados con precisión matemática representa un avance clave en el estudio de la evolución terrestre y de los ecosistemas que la habitan.

 

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué es la Crisis Salina del Messiniense?
Un episodio ocurrido hace entre 7 y 5 millones de años en el que el mar Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico, provocando su evaporación parcial y la formación de enormes depósitos de sal.

¿Qué es el Lago-Mare?
Es la última fase de la Crisis Salina del Messiniense, caracterizada por la formación de lagos interiores de agua dulce y salobre en el fondo casi seco del Mediterráneo.

¿Por qué se habla de una paradoja del Mediterráneo?
Porque los registros geológicos muestran señales contradictorias: indicios de un mar vacío (por evaporación) y al mismo tiempo señales de fauna de agua dulce, como si el mar estuviera lleno.

¿Cuál fue el papel del agua dulce en esta crisis?
Los ríos procedentes del sistema Paratetis aportaron grandes volúmenes de agua dulce que erosionaron la cuenca y provocaron oscilaciones en el nivel del Mediterráneo.

¿Cómo finalizó la Crisis Salina del Messiniense?
Con la reapertura del paso atlántico a través del Estrecho de Gibraltar, lo que provocó la entrada masiva de agua salada y el restablecimiento del mar Mediterráneo actual.

 

Redacción Ambientum



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