Ya lo dice el refrán, “por San Blas, la cigüeña verás”. Cada tres de febrero, coincidiendo con la onomástica de este obispo, las cigüeñas blancas comienzan a llegar a sus nidos, tras el fin de su tiempo de hibernación. Un periodo en el que, desde hace unos siete años, gran parte de estas aves prefieren pasar en España.

Históricamente, el continente africano ha sido el hospedaje invernal, por antonomasia, para esta especie alada residente en el centro de Europa. Sin embargo, el trabajo ‘Migración y ecología espacial de la cigüeña blanca en España’, perteneciente al programa Migra, ha rechazado esta clásica teoría.

Este estudio defiende que la Península Ibérica ha desbancado al tercer continente más extenso como destino favorito para dichos seres, durante el largo letargo de la hibernación.

Lo que ha significado una modificación de su migración en las últimas décadas, a consecuencia del cambio global provocado por el ser humano. Y a partir de los que han surgido nuevos hábitats de los que pueden alimentarse durante tal estación del año

Los resultados de la investigación han concluido con que las aves adultas invernan en España y se nutren de residuos en vertederos y arrozales, mientras que las más jóvenes mantienen su tradicional recorrido hasta el Sahel, a pesar de la importante distancia que existe entre este territorio y sus nidos.

Una afirmación alcanzada gracias a al análisis de los datos recolectados por 79 cigüeñas blancas, marcadas en España y Centroeuropa, durante los últimos siete años.

De las 79 cigüeñas marcadas con dispositivos de seguimiento remoto, 34 corresponden a una franja de edad adulta y 45 son pollos. Del mismo modo, 53 de ellas fueron marcadas en España, mientras que 26 en Centroeuropa, todas ellas entre 2012 y 2017.

Fuente: Montse Tabuenca / LA RAZÓN,

Artículo de referencia: https://www.larazon.es/medio-ambiente/20200204/g63bbzipsjhllatfaq4zsrcu5u.html,



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