Lamentamos profundamente que un año más se hayan producido terribles oleadas de incendios en Galicia cuando está acabando la temporada de alto riesgo de incendios. Tan solo en la semana del 11 al 18 de septiembre se han registrado seis grandes incendios forestales (GIF, donde arden 500 hectáreas o más), además de otros dos fuegos que han quedado muy cerca de alcanzar esta dimensión, y varios de dimensiones menores, según los datos de la Xunta.

En total, más de 7 000 hectáreas han ardido de manera dramática de forma casi simultánea, provocando una auténtica tragedia social, económica y ambiental. Tenemos que reconoce la gran labor de los equipos de extinción, que se han enfrentado a una situación sin precedentes y que, sin políticas eficaces de prevención, serán cada vez más frecuentes.

Los incendios que han asolado Galicia suponen el 37% de los GIF en lo que llevamos de año en toda España, un dato que lamentablemente no sorprende porque en esta región se producen casi la mitad de los siniestros de nuestro país, unos 6 000 al año, con municipios como A Cañiza (Pontevedra) y Viana do Bolo (Orense), donde se registran más de 100 incendios anuales.

El fuego ha afectado en algunos casos a espacios protegidos y a elementos de alto valor natural, como el Parque Natural del Xurés o el Macizo Central Orensano, y deja una profunda huella en las comarcas y sus habitantes, no solo por las pérdidas ambientales, sino por la repercusión socioeconómica en las zonas rurales.

Alta siniestralidad de los incendios

En Galicia existe un grave problema social que sigue sin ser resuelto. Los montes gallegos no arden solos. La alta siniestralidad es una constante en España y en el noroeste ibérico aún más, donde hasta en el 99% de los casos está detrás el ser humano.

En concreto, en Galicia la tasa de intencionalidad se eleva hasta el 80% de los incendios, frente al 55% a escala nacional, con una muy arraigada cultura del fuego en el medio rural y la existencia de graves conflictos sociales y económicos que continúan sin ser resueltos desde hace décadas.

Asimismo, el paisaje en Galicia es un polvorín listo para arder debido al despoblamiento y envejecimiento de la población, al derivado abandono agrario y forestal, con un paisaje continuo de casas y árboles bajo una escasa gestión y ordenación territorial. Pero además, el cambio climático desempeña cada vez más un papel más relevante. En las últimas décadas se ha registrado un aumento de los fenómenos extremos, como las olas de calor y las sequías en Galicia.

Nuestra responsable de Bosques, Diana Colomina, recuerda que “Cada pocos años se dan las condiciones meteorológicas perfectas para que se produzca una crisis incendiaria inabordable, que pone en serio peligro a la población. Estas crisis cada vez serán más frecuentes y peligrosas debido a los efectos del cambio climático y dejarán una profunda huella en las comarcas donde se producen”.

Propuestas de WWF para que Galicia deje de arder

Los incendios no deben ser un mal endémico de Galicia. Es urgente impulsar políticas basadas en el estudio de causas y motivaciones, identificando causantes, aplicando de forma efectiva sanciones, buscando alternativas al uso del fuego en el medio rural, recompensando buenas prácticas y haciendo mayores esfuerzos en sensibilización sobre el creciente peligro de incendio.

Además es imprescindible revisar las prioridades en la lucha contra el fuego, revirtiendo la actual situación de abandono de muchos montes para aprovechar el enorme potencial económico del sector forestal en Galicia.

Para ello hay que poner en marcha un sistema integrado de políticas de prevención basado en planes específicos de prevención integral, con presupuesto suficiente, en las zonas de alto riesgo de incendio ya identificadas. La apuesta debe pasar también por la recuperación de masas autóctonas mixtas e irregulares, más resistentes al fuego y, por supuesto, seguir haciendo presión para combatir el cambio climático.

El polvorín del noroeste

Cada año analizamos la situación de los bosques españoles y su vulnerabilidad ante los incendios. En nuestro informe de 2018, “El polvorín del noroeste”,  detallamos la situación de los incendios otoñales en el noroeste de la península, que tuvo su pico más dramático en el otoño de 2017, cuando el norte de Portugal, Galicia, Asturias y León ardieron de manera simultánea y hubo que lamentar varios fallecidos.

Grandes Incendios Forestales (GIF) en Galicia desde el viernes 11 al viernes 18 de septiembre de 2020:

– Río Caldo Lobio. Orense (2 000 ha)
– Montes Cualedro. Orense (1 300 ha)
– Sabuguido (Vilariño de Conso). Orense (700 ha)
– Rebordechau (Vilar de Barrio). Orense (550ha)
– Chandreixa de Queixa. Orense (850ha)
. Cernado (Manzaneda) Orense (800 ha)

Siniestros casi GIF:

– Cádavos (A Mezquita). Orense (450 ha)
– Paradela (Manzaneda). Orense (404 ha)

Fuente: WWF,

Artículo de referencia: https://www.wwf.es/informate/actualidad/?55382/Analizamos-por-que-Galicia-arde-una-y-otra-vez,



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