Las cinco organizaciones ecologistas más importantes de ámbito estatal (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF/Adena) han declarado el pasado viernes en rueda de prensa en Mérida su firme oposición al proyecto de refinería del grupo Gallardo en Tierra de Barros (Badajoz), al que califican de “auténtico despropósito medioambiental”.

En Tierra de Barros el Grupo Gallardo, con el apoyo de la Junta de Extremadura y el visto bueno del Ministerio de Industria, quiere construir una refinería. Las organizaciones ecologistas califican este proyecto como un despropósito desde múltiples puntos de vista.

Aumento de las emisiones de efecto invernadero

En primer lugar, explican los ecologistas, esta refinería tendrá nefastas consecuencias para el medio ambiente y la salud de las personas, principalmente por la emisión de partículas en suspensión. Esto implica que, en lugar de revitalizar la economía local, la va a perjudicar gravemente, ya que la agricultura se verá severamente afectada y ésta es la actividad principal de la comarca.

Las organizaciones ecologistas critican que la refinería incrementarían las emisiones de CO2, que contribuirían al incremento del calentamiento global. La refinería no sólo generaría una mayor cantidad de combustible para el transporte, sino que, en sí misma, es un potente generador de gases de efecto invernadero, lo que en definitiva supone abundar todavía más en el incumplimiento reiterado de España en sus compromisos de lucha contra el cambio climático de acuerdo con el Protocolo de Kyoto.

14 espacios protegidos afectados

Por otra parte, el citado proyecto contempla la construcción de un oleoducto y un poliducto desde Huelva a los Santos de Maimona (Badajoz). En total, más de 500 kilómetros de tuberías, que junto al resto de instalaciones afectarían a 14 espacios naturales protegidos por la Unión Europea, además de generar un impacto directo sobre el Parque Nacional de Doñana, introduciendo un riesgo de vertido inasumible para infinidad de hábitats y cauces.

Además, el proyecto prevé un consumo de 4 hm3/año de agua en una tierra como Extremadura, con unos recursos hídricos muy limitados. Esto podría suponer que el abastecimiento a la población peligrase en las épocas de sequía. Incluso la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha reconocido el riesgo de vertidos a las aguas del río Guadiana, ya gravemente contaminado.

Oposición de la ciudadanía

Finalmente, los representantes ecologistas destacan la fuerte oposición del pueblo extremeño a la refinería, por ser un proyecto con grandes intereses empresariales y políticos pero ajeno a los intereses de agricultores/as y vecinos/as de la comarca de Tierra de Barros y tremendamente perjudicial para un medio ambiente relativamente bien conservado.

Por todo ello las organizaciones ecologistas de ámbito estatal (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF/Adena) manifiestan su solidaridad con la plataforma Refinería NO y su firme rechazo a este proyecto, instando al Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino a que publique la correspondiente Declaración de Impacto Ambiental negativa y lo desestime así por su contribución al aumento de emisiones contaminantes y su impacto sobre los espacios naturales de Extremadura y Andalucía.



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