En la playa del lago, Alberto Núñez Feijóo y Borja Prado han descubierto una placa conmemorativa de la finalización del proyecto. Además, han realizado un recorrido por el lago y han visitado la escombrera restaurada.

Al acto de inauguración han asistido también los conselleiros de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, y de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, Javier Guerra, y el alcalde As Pontes, Valentín González Formoso, entre otras autoridades, así como representantes del empresariado gallego. Por parte de Endesa, además del presidente, han estado presentes el director general de España y Portugal, José Bogas, y el director general Territorial Zona Noroeste, Francisco Aréchaga.

El lago será cedido por Endesa a la Xunta de Galicia, que lo podrá gestionar a través del organismo Augas de Galicia. Esta iniciativa no sólo es un modelo de responsabilidad social sino que aportará múltiples oportunidades y riqueza para el futuro, ya que permitirá tanto los usos lúdicos o turísticos, como los industriales y los energéticos.

El proyecto de rehabilitación de la mina

Entre 1976 y 2007, Endesa gestionó en As Pontes la mayor mina a cielo abierto de España, de la que extrajeron más de 260 millones de toneladas de lignito. Este combustible ha alimentado durante años la central térmica de 1.400 MW que Endesa posee en el municipio.

Las labores mineras dejaron un gran hueco de 17,8 kilómetros de perímetro y hasta 205 metros de profundidad, en el que actualmente se encuentra el lago. En enero de 2008 Endesa inició las labores de recuperación de este hueco minero, después de largos años de estudio sobre las posibles soluciones ambientales. En la actualidad, el lago acumula 547 hectómetros cúbicos de agua, tras más de cuatro años de captación de aguas procedentes de ríos de la zona, de la escorrentía de la escombrera y de la propia lluvia caída sobre el yacimiento. Además, lo ha hecho con un agua de gran calidad, ya que desde un primer momento se han aplicado medidas preventivas tales como el sellado con arcillas de los afloramientos carbonosos o la restauración de las superficies emergentes, entre otras.

La lámina de agua ocupa 865 hectáreas, con una longitud de 5 kilómetros y una anchura de 2,2. La mayor parte de la orilla está protegida con escollera, si bien en la zona más próxima al pueblo se ha construido una playa de 30.000 metros cuadrados que en su día quedará abierta al público. También se ha creado una isla, denominada Santa Bárbara en honor a la patrona de los mineros, y se han habilitado zonas de aguas someras que están permitiendo la proliferación de fauna avícola y piscícola.

Al lado de la mina se levantó la escombrera, una montaña formada con 720 millones de metros cúbicos de material estéril procedente del yacimiento y las cenizas de la central. Las características del suelo habrían impedido que se desarrollase la vida vegetal en esa escombrera, de no ser por las soluciones adoptadas al respecto por Endesa.

La rehabilitación de la escombrera fue simultánea a la propia actividad extractiva. Actualmente, la escombrera tiene una superficie de 1.200 hectáreas y 160 metros de altura. La restauración ha requerido agregar tres millones de metros cúbicos de tierra vegetal y sembrar 130.000 kilos de semillas. Sobre ella se asientan 600.000 árboles, extensos pastizales y espeso monte bajo, todo ello con abundante agua y unos 60 kilómetros de caminos y pistas sin asfaltar. El éxito de esa tarea ha venido a confirmarlo la fauna que, en un proceso natural, ha colonizado la zona: Más de 180 especies de vertebrados salvajes, como zorros, lobos, corzos, jabalíes, nutrias, etc. Se trata del lugar de mayor biodiversidad de Galicia.



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