Con esta decisión, el Ejecutivo regional da el último paso para crear el primer Parque Nacional en la historia de la región, un área que contará con 19.775 hectáreas de la vertiente madrileña de la Sierra.

El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama discurrirá por 12 municipios de la Sierra madrileña: Alameda del Valle (652 hectáreas), Becerril de la Sierra (407 ha), El Boalo (524 ha), Cercedilla (1.199 ha), Lozoya (185 ha), Manzanares el Real (6.649 ha), Miraflores de la Sierra (416 ha), Los Molinos (79 ha), Navacerrada (909 ha), Pinilla del Valle (701 ha), Rascafría (7.896 ha) y Soto del Real (152 ha), todos ellos territorios que en la actualidad integran el Parque Natural de Peñalara, gran parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, espacios de la Red Natura y Montes de Utilidad Pública de las zonas altas de la Sierra de Guadarrama.

Como explicó Ignacio González, Vicepresidente, portavoz y Consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, la iniciativa de proteger la Sierra de Guadarrama y el resto del patrimonio natural y cultural de la Región es y ha sido objetivo programático del Gobierno de la Comunidad de Madrid y con la propuesta de Parque Nacional se ha puesto en valor la gran biodiversidad de este privilegiado enclave natural.

La propuesta aceptada por el Consejo de Gobierno se remitirá al BOCM para iniciar un periodo de información pública de tres meses. Tras el estudio de alegaciones se elaborará una propuesta final de Parque Nacional que deberá ser aprobada por parte de la Asamblea de Madrid.

 32.000 hectáreas de territorio

Las 19.775 hectáreas propuestas como Parque Nacional por la Comunidad de Madrid se unirán a las aproximadamente 12.500 hectáreas aportadas por Castilla y León, dando forma a una propuesta definitiva y conjunta, que será remitida al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que podría alcanzar las 32.000 hectáreas de territorio de máxima protección en ambas vertientes de la Sierra de Guadarrama.

Si definitivamente el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino entiende que la propuesta de Parque Nacional cumple los requisitos exigidos, serán las Cortes Generales las que, por Ley, declararán el Parque Nacional, que sería el quinto de España por extensión.

Nueve Sistemas Naturales

La declaración como Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se justifica por la presencia en la zona de nueve Sistemas Naturales asociados a la vegetación de alta montaña, a bosques de coníferas, a humedales de alta montaña y a sistemas singulares de origen glaciar y periglaciar.

Asimismo, las condiciones ambientales de la Sierra de Guadarrama han propiciado la convivencia de más de 30 tipos diferentes de vegetación, ocupando las mayores superficies los pinares naturales de montaña, los matorrales de cumbre, los robledales, abedulares, fresnedas adehesadas y los bosques de ribera. Además, en la zona se han identificado 21 hábitats de interés comunitario y se han contabilizado 112 especies de flora de interés y otras 74 especies de fauna.

Destaca la presencia en la zona de especies emblemáticas y en peligro de extinción como la cigüeña negra, el buitre negro, el águila imperial ibérica y una amplia gama de rapaces, nutrias, corzos, cabra montesa y diversos anfibios como el tritón jaspeado y el sapo partero.

Especial mención merecen los humedales, láminas de agua y cursos acuáticos, así como el patrimonio cultural, social y recreativo que atesora una Sierra vivida y visitada regularmente por los madrileños.

284 hectáreas de Zonas Especiales

La aprobación de la propuesta inicial de Parque Nacional en la Sierra de Guadarrama es la penúltima fase del proceso marcado por la Ley 5/2007 de la Red de Parques Nacionales y la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad para la creación de este tipo de espacios.

Así, el Gobierno regional aprobó el pasado mes de noviembre de 2009, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales de la Sierra de Guadarrama, que supuso la ordenación y zonificación de 109.000 hectáreas de terreno, el 13,6% del territorio regional.

Dicho Plan de Ordenación dotó del máximo grado de protección a 76.650 hectáreas, entre ellas, las 19.775 que han sido propuestas como Parque Nacional, 47.000 más de parques regionales y otras 9.800 que pasarán a ser Paisaje Protegido. Y también reconoció una segunda zona, denominada de Transición, compuesta por 24.800 hectáreas, que servirán como colchón protector ante futuros desarrollos, limitando los crecimientos y reforzando el sentido de ordenación del territorio.

Por último, se catalogó como Zonas Especiales 284 hectáreas de terreno dedicado tradicionalmente al deporte del esquí y otras 7.625 hectáreas que integran la Cerca Histórica de Felipe II, declaradas Bien de Interés Cultural.



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