Con ello, se consigue que las partículas de residuos de la industria extractiva queden atrapados en las raíces de los vegetales y no se propaguen a causa del viento, lo que podría afectar a determinados ecosistemas y a la salud humana.

Esta metodología conforma, según Ortiz, que habló hoy en una conferencia en Santiago, una “alternativa real” al uso de otros procesos más costosos y agresivos de tratamiento de los residuos, que hoy en día se están utilizando con los más de 300 millones de toneladas de partículas de mineral que se generan en Chile.

Estas plantas, “remediadoras ambientales” según esta científica, incorporan parte de estos residuos minerales a su fisiología y atraen a una gran cantidad de las partículas, que quedan adheridas a sus raíces y no vagando por el aire o dispersándose.

Asimismo, según Ortiz, esta innovación permitiría una “posterior producción de biomasa”, lo que constituiría una fuente de ingresos para la población de las zona afectadas por el cierre de minas.

Consecuentemente, se “genera un relevante aporte ambiental, ya que permite avanzar hacia un desarrollo industrial de manera sustentable y, a la vez, contribuyen en materia social, porque permite enfrentar los efectos no deseados de los procesos productivos”, señaló Ortiz durante la conferencia organizada por la Fundación Imagen de Chile.

Esta tecnología ya se aplica en Chile, particularmente en algunas faenas de las empresas estatales Codelco y Enami, y también se encuentra en una etapa de validación en Bolivia, Colombia y Canadá.



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