FUENTE: FREEPIK

El Día Mundial de la Energía, conmemorado cada año el 14 de febrero, es una ocasión para reflexionar sobre el papel fundamental que desempeña la energía en nuestra sociedad y el compromiso necesario hacia un futuro sostenible. Esta celebración encuentra sus raíces en la preocupación global por los desafíos ambientales y la necesidad imperativa de encontrar soluciones que impulsen el desarrollo sostenible.

Orígenes de la Conmemoración

El Día Mundial de la Energía tiene sus orígenes en la Conferencia Mundial de la Energía de 1949, donde se destacó la importancia de la energía para el progreso económico y social. Desde entonces, esta fecha ha servido como un recordatorio para promover el uso responsable y eficiente de los recursos energéticos.

Principios Fundamentales

La conmemoración de este día se basa en principios fundamentales que abogan por la adopción de energías limpias y renovables, la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de carbono. Estos principios son esenciales para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.

Perspectivas de la Unión Europea

En línea con estos principios, la Unión Europea ha establecido ambiciosos objetivos de descarbonización para enfrentar el cambio climático y promover un desarrollo sostenible. A través del Acuerdo de París y otras iniciativas, la UE se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la participación de las energías renovables en su mix energético.

Entre los objetivos marcados resulta relevante, la reducción de emisiones de GEI (liberaciones de gases a la atmósfera). Estos gases, atrapan el calor en la atmósfera terrestre, aumentando la temperatura promedio del planeta que es lo que llamamos cambio climático. Las principales emisiones GEI incluyen dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N20) y gases fluorados. 

Para conseguir el objetivo establecido de neutralidad climática para 2050, la UE ha establecido una serie de metas intermedias como por ejemplo la reducción de emisiones GEI al menos en un 55% para el 2030, en comparación con las que producíamos en 1990.

A nivel legislativo, ha implementado una amplia gama de medidas y políticas, lo que incluye el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), que establece un límite máximo de emisiones para sectores específicos y permite el intercambio de derechos de emisión. Además, se han adoptado, normativas más estrictas en áreas como el transporte, la energía y la industria para conseguir la reducción de emisiones GEI, así como promover tecnologías limpias.

Otro objetivo establecido son las inversiones en Energías Renovables; Para ello se insta a aumentar la participación de este tipo de energías dentro del mix energético actual que pretende ir aumentando hasta alcanzar el objetivo de un 32% de consumo de estas energías para finales del 2030.

No menos importante es el esfuerzo que se debe realizar en el apoyo a la investigación y la Innovación, y es que programas como Horizon Europe, destina fondos significativos para proyectos que impulsan la transición hacia una economía baja en carbono y que promuevan e impulsen un cambio de modelo para lograr la adaptación al cambio climático.

Conclusiones

En conclusión, desde Ambientum, y en el Día Mundial de la Energía os invitamos a reflexionar sobre nuestro consumo de energía y el impacto que tiene en el medio ambiente. Os llamamos a la reflexión acerca de cómo nuestros comportamientos inciden en todo este proceso, y que cada cambio de actitud, es un llamado a la acción para adoptar prácticas más sostenibles y promover la transición hacia un futuro donde la energía limpia y renovable sea la norma. Con un compromiso colectivo y el apoyo de políticas sólidas, podemos construir un mundo más limpio, saludable y sostenible para las generaciones futuras.

Redacción Ambientum



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