La economía verde «ya no es un concepto flexible»: es «una medida y prioridad de inversión definible», explican desde la empresa FTSE Russell, encargada de proveer datos y análisis a nivel mundial.

Recientemente han publicado un estudio sobre los «desafíos de abordar la oportunidad de inversión verde» dada la, hasta ahora, «falta de definición» sobre qué podrían considerarse actividades verdes y/o ambientales.

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Economía Verde

La compañía analiza diferentes productos y servicios relacionados con las energías renovables, la eficiencia energética, el agua y los residuos en función de su impacto en la mitigación del cambio climático y el uso sostenible de los recursos.

La economía verde, aseguran, es similar en tamaño al «supersector del petróleo y el gas». Pero, mientras que éste se ha reducido, el de la economía verde ha crecido. Si continúa su trayectoria actual, pronostican las mismas fuentes, la economía verde podría representar 7% de la capitalización del mercado global en 2030.

La economía verde se compone, pues, de una amplia gama de productos y servicios, siendo el nicho de la eficiencia energética el que más se potencia en la actualidad.

Se trata de un segmento empresarial muy diverso que abarca desde el aislamiento de edificios hasta la nube tecnológica, destacan los autores del informe. «Son soluciones que, a menudo, repercuten positivamente en el medio ambiente además de ser rentables», comentan.

En segundo lugar se hallaría el mercado de la energía, tanto la que se cubre a partir de las nuevas tecnologías, las cuales «se incrementan cada año y diversifican rápidamente», como la solar, como las tecnologías «más establecidas», entre las que se encontrarían las grandes hidroeléctricas.

Sector recursos

El sector de los recursos, por su parte, también representa una de las áreas con más posibilidades de configurarse como clave dentro de la actual y futura economía verde.

Los expertos ponen los ejemplos concretos del litio para baterías, los materiales livianos, los alimentos orgánicos o las semillas desarrolladas para aumentar los rendimientos agrícolas. Aproximadamente dos tercios de la economía verde lleva la firma de empresas de «gran capitalización que han ido adquiriendo a sus rivales más pequeños», manifiesta FTSE.

Por último, por países, el análisis determina que Estados Unidos encabeza el ránking de compañías verdes, «al ser un líder en áreas como la `tecnología de la nube´».

Le seguiría Europa, donde destacan Alemania y Francia. En Asia, Japón obtiene grandes ingresos verdes gracias al ferrocarril eléctrico. Y el número de compañías verdes en China aumenta tan rápidamente que «algunas no están aún registradas».

Fuente: ABC,



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