zifio (Ziphius cavirostris)

No es ninguna novedad que el zifio (Ziphius cavirostris), un cetáceo odontoceto de unos seis metros de longitud y gran distribución geográfica, se sumerja durante largos minutos y alcance profundidades que superan los mil metros. Hasta ahora se contaba con datos de su comportamiento en aguas del Pacífico, Italia y las Bahamas.

Uno de esos estudios, publicado hace unos años en la revista PLoS ONE, registró el récord mundial de inmersión a pulmón libre de un ejemplar al sur de California. El animal se mantuvo 137 minutos bajo el agua y alcanzó casi los 3.000 metros de profundidad, según el equipo de investigación americano.

Ahora, otro grupo, liderado por la Universidad de Duke en EE UU, proporciona el primer registro detallado de las habilidades de buceo de los zifios en aguas del Atlántico Norte gracias a los datos obtenidos a partir de 5.926 inmersiones de individuos marcados en el Cabo Hatteras, frente a las costas del Estado de Carolina del Norte.

“Las inmersiones profundas alcanzan un promedio de unos 1.400 metros, con una duración de aproximadamente una hora, mientras se alimentan cerca del fondo marino. Por lo general, solo pasan unos dos minutos en la superficie entre cada inmersión”, subraya Jeanne Shearer, investigadora en la Nicholas School of the Environment de la universidad estadounidense y coautora del trabajo publicado en la revista Royal Society Open Science.

Las zambullidas tan profundas y duraderas en las frías aguas del Atlántico y con tan poco tiempo de recuperación en la superficie han sorprendido a los científicos. Sus resultados arrojaran nuevas pistas sobre cómo estos mamíferos marinos se ganan la vida en estos extremos de profundidad y frío, y muestran la necesidad de ampliar datos en todo el mundo sobre estos animales.

El buceo varía en función del área

Los investigadores estiman que unos 6.500 ballenatos de Cuvier viven en el Atlántico Noroccidental. Para realizar este estudio, el equipo monitorizó por satélite a 11 zifios que viven la mayor parte del año en aguas del Cabo Hatteras. A pesar de que un marcaje falló, los otros 10 registraron 3.242 horas de datos sobre su comportamiento entre 2014 y 2016.

Además de sus inmersiones extremadamente profundas, los científicos comprobaron que estos cetáceos buceaban casi continuamente, con sumersiones profundas seguidas por tres o cuatro inmersiones poco profundas de unos 300 metros. Pero para el equipo de investigación sigue siendo un misterio la manera en la que bucean sin necesitar largos periodos de recuperación entre cada sumersión.

“Sus inmersiones superan los límites de la fisiología de los mamíferos, pero todavía no sabemos cómo pueden comportarse de esta manera”, indica Shearer. Los datos recogidos en este estudio permitirán ahora analizar sus reacciones a bajos niveles de sónar. Estos animales han sufrido varamientos masivos debido a maniobras militares que usaban sónares antisubmarinos.

Fuente: Agencia SINC, La Razón,

Artículo de referencia: https://www.larazon.es/sociedad/medio-ambiente/el-ballenato-que-se-sumerge-1-400-metros-NM21876946,



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