Los licaones son unos perseguidores implacables y cazadores de largas distancias, los perros salvajes africanos exhiben un estilo de caza único conocido como depredación exhaustiva. Ahora expertos anatomistas documentan las adaptaciones que favorecieron su exclusivo modo de vida.

El perro salvaje africano –Lycaon pictus– también conocido como perro pintado africano, perro cazador del Cabo o perro hiena, es un cánido originario del sur y este de África clasificado actualmente por la Unión Internacional de la Naturaleza – IUCN– como especie en peligro de extinción.

Se trata el licaón de un cánido de lo más singular: sus manadas pueden llegar a la treintena de individuos y exhibe un estilo de vida nómada en el que puede llegar a recorrer unos 50 kilómetros diarios cubriendo áreas de entre 560 hasta 3200 kilómetros cuadrados.

Sin embargo, los perros del Cabo son conocidos por su coordinado y sofisticado estilo de caza, único en el reino animal, a menudo denominado depredación exhaustiva, y en el cual los licaones —al contrario de otras especies de cánidos que se valen de la fuerza, la velocidad o el sigilo— atrapan a sus presas persiguiéndolas hasta la completa extenuación. 

Método efectivo de caza

Se trata de hecho de un método de caza tremendamente efectivo, en el que algunas manadas deciden como cazar comunicando su voto a través de una especie «chirridos», y que le ha valido a la especie el título del mejor cazador del reino animal. Tal es su eficacia que está demostrado que 9 de cada 10 cacerías que llevan a cabo los licaones se salda con un balance positivo para los mismos.

Los perros salvajes del desierto también son únicos entre el clado de los perros por tener solo cuatro dígitos completos en sus patas delanteras en lugar de 5. Esto puede parecer cuestión baladí, no obstante, la ausencia de un primer dedo completamente formado -tetradactilia- permite a los licaones alcanzar una mayor velocidad y tener una mayor longitud de zancada facilitando la persecución de sus presas a larga distancia.

El quinto dedo de los licaones

Sin embargo esto era lo que se pensaba hasta hace muy poco, ya que ahora en un estudio titulado Adaptations to cursoriality and digit reduction in the forelimb of the African wild dog (Lycaon pictus) y recientemente publicado en la revista PeerJ un equipo de anatomistas ha descubierto un pequeño y vestigial dedo en las extremidades del perro salvaje africano.

«Sorprendentemente, esta especie no es completamente tetradáctila como se pensaba anteriormente, sino que tiene un dedo rudimentario» comenta Heather F. Smith del departamento de anatomía de la Universidad de Midwestern y autora principal del estudio.

«Antes de este estudio, el primer dígito vestigial del perro salvaje africano nunca se había descrito. El inesperado dedo reducido da como resultado una reconfiguración de algunos de los músculos asociados de las extremidades anteriores que aportan una valiosa información sobre el modo de locomoción de estos perseguidores implacables» añade. «Ahora no solo sabemos que existe este dedo vestigial, sino cómo su presencia reorganiza y reutiliza por completo los músculos asociados».

Los autores también han descubierto un ligamento robusto en la muñeca que puede actuar como punto de apoyo, ayudando con la flexión pasiva y el rebote del pie. Este ligamento tenso proporciona propulsión no muscular durante el empuje de la pata delantera, lo que puede ayudar a mantener la carrera de resistencia y evitar que los músculos de la muñeca se cansen.

Esta morfología es similar en función a los ligamentos suspensorios del «pie de resorte» del caballo, que proporciona una acción de amortiguación pasiva al absorber y transferir las fuerzas experimentadas durante la locomoción.

Adaptaciones musculares

También se han identificado varias otras adaptaciones musculares a la carrera de resistencia de larga distancia en los músculos de las extremidades anteriores, incluidos unos músculos rotadores de la muñeca relativamente reducidos y los ligamentos gruesos que unen el radio y el cúbito, lo que da como resultado una mayor estabilidad de la muñeca y el antebrazo.

Varios músculos asociados con el almacenamiento de energía elástica de estabilidad articular durante la locomoción también son mucho más grandes en comparación con otras especies.

«Este es el primer estudio en profundidad de la anatomía de las extremidades anteriores de los perros salvajes africanos y demuestra múltiples mecanismos adaptativos de carrera de resistencia, incluida la reconfiguración de los músculos, ligamentos e incluso huesos de las extremidades anteriores,que funcionan sincrónicamente para facilitar el estilo de vida de esta fascinante especie» concluye Smith.

Fuente: Héctor Rodríguez / National Geographic,

Artículo de referencia: https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/licaones-disenados-para-persecucion_15886,



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