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Investigadores de la Academia de Ciencias de California y la Universidad William Paterson han descubierto recientemente que casi una quinta parte de todas las familias de arañas están asociadas a hábitats acuáticos.

Sus hallazgos, publicados recientemente la revista especializada Zoological Journal of the Linnean Society en el artículo titulado «The life aquatic with spiders (Araneae): repeated evolution of aquatic habitat association in Dictynidae and allied taxa», abordan la errónea idea común de que todas las arañas habitan en tierra y revelan los sorprendentes caminos evolutivos que han llevado a este grupo de los artrópodos a colonizar diversos ecosistemas acuáticos.

«Este estudio arroja una luz sobre lo que anteriormente era un rincón oscuro del árbol evolutivo de las arañas», declara la autora principal de estudio Lauren Esposito, aracnóloga en la Academia de las Ciencias de California: «se trata la revisión bibliográfica más extensa sobre arañas acuáticas realizada hasta la fecha y nos impresionó la medida en que las arañas han evolucionado para interactuar con el hábitat acuático», añade.

Tiene 8 patas, habita en el agua y no es un pulpo

Para catalogar estas arañas acuáticas, el equipo se basó en años de investigaciones previas dirigidas por colegas de la propia Academia. Un grupo de arañas conocido como Dictynidae llamó su atención, el cual, pese a presentar un diverso abanico de características, cuenta con representantes de vida acuática repartidos por todo el mundo.

A partir del análisis de ADN, el equipo estudió y clasificó cuidadosamente las distintas especies, marcando los casos en que algunas de ellas desarrollaron una asociación total o parcial con el agua. Así, los autores descubrieron que de las 120 familias de arañas, miembros de 21 de ellas exhibían una afinidad por hábitats acuáticos, lo que representa casi una quinta parte de todas las familias de arañas conocidas por la ciencia.

«Estamos agradecidos por el espíritu de colaboración de nuestros colegas, cuya investigación asentó las bases previas de nuestro estudio», comenta la también investigadora de la Academia y coautora del estudio Sarah Crews. «No solo nos fascinó la ecología única y la notable diversidad del grupo Dictynidae, sino que también nos dimos cuenta de que nadie les había prestado una mirada más cercana».

Arañas acuáticas

Si bien algunas especies de arañas acuáticas comparten un ancestro común, los coautores concluyeron que la mayoría de estas son «primas lejanas con rasgos superficialmente similares, que desarrollaron independientemente su adaptación al agua: un fenómeno conocido como evolución convergente. Sabiendo que el grupo carecía de un único origen evolutivo, el equipo se propuso recopilar un «atlas de características arácnidas» para ver que rasgos otorgaban a las arañas cierta ventaja evolutiva a la hora de adaptarse y prosperar en ecosistemas acuáticos».

Esposito explica que «la teoría evolutiva nos dice que las especies que viven hoy en la tierra y que están estrechamente relacionadas entre sí, comparten un ancestro común. Es decir, todos han descendido de este ancestro común con el que en ocasiones comparten en cierto grado una serie de características comunes. En el caso de las arañas y respecto a un hipotético ancestro común acúatico, no encontramos evidencias de las características que pensamos que estas deberían compartir», continúa la investigadora: «¡Por lo que no tenemos ni idea de cuales características deberían compartir! Según nuestros resultados, parece que las arañas generalmente están preadaptadas a la vida dentro y alrededor del agua«.

Adaptaciones a la vida en el agua de las arañas

Las arañas acuáticas muestran una amplia gama de adaptaciones especializadas, lo que sugiere que sus vidas se relaciona con el agua de una forma mucho más estrecha de lo que se pensaba. Por ejemplo, las tarántulas buceadoras de Maningrida del Territorio del Norte de Australia – Selenotholus spp-, que tienen pelos densos que repelen el agua y mantienen sus pulmones secos.

Cuando llegan las fuertes lluvias, las arañas se retiran a sus madrigueras impermeables, pero si se inundan, pueden refugiarse en una armadura de burbujas de aire y resistir hasta seis horas de inmersión completa.

En los hábitats de agua dulce de todo el mundo, las arañas pescadoras utilizan la superficie del agua como una extensión de su sistema sensorial: cada onda alerta de una presa que se aproxima. Y en las cálidas y secas tierras del evaporado del lago Saltón, en California la araña plana de la sal -Saltonia incerta– prospera en el agua dulce que se acumula entre las grietas abiertas y las costras salinas.

La única araña verdaderamente acuática, la araña de agua –Argyroneta aquatica– que habita en Europa y Asia, hace girar una red de seda sumergida que se infla como un globo arrastrando burbujas de aire desde la superficie hacia abajo.

«Descubrimos que muchas de estas adaptaciones están muy extendidas entre las especies de arañas que viven en el agua, mientras que otras arañas acuáticas carecen por completo de estas características», explica Esposito. «No obstante nos sorprendió descubrir que estos rasgos, aunque ciertamente útiles, no son un requisito indispensable para poder desarrollar una vida bajo el agua».

Caminos evolutivos menos transitados

Los antepasados ​​de las arañas, y toda la vida terrestre, se originaron en el océano. «Sabemos que las arañas tienen orígenes acuáticos«, declara Crews. «Por lo tanto, de alguna manera, no sorprende que estas puedan a hacer frente a la inmersión total o parcial en agua. Lo verdaderamente desconcertante son los pasos evolutivos que las arañas Dictynidae dieron para regresar a su estilo de vida acuático».

«No siguieron los pasos evolutivos que esperábamos», añade Esposito. “Cada vez que identificamos una especie de araña de agua salada, su pariente más cercano vivía en tierra, en lugar de alrededor de agua dulce. Esto nos dice que quizás las arañas están preadaptadas a vivir en varios tipos de hábitats acuáticos, por lo que su readaptación desde la tierra hasta el agua dulce y salada y no requiere de progresivos y pequeños pasos evolutivos«.

Esposito y Crews que en la actualidad continúan con sus estudios, esperan que la recopilación en el futuro de más datos permita un análisis a mayor escala de cómo han evolucionado estas arañas para adaptarse al mundo acuático.

«Se ha planteado la hipótesis de que las arañas acuáticas poseen adaptaciones beneficiosas como producir más seda o mejorar o reajustar su tolerancia a la sal del agua», dice Esposito. «Sin embargo, con una comprensión más profunda de estos amplios patrones evolutivos, esperamos separar ciertos aspectos fisiológicos en el futuro» concluye.

Fuente: Héctor Rodríguez / National Geographic,

Artículo de referencia: https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/desconocida-vida-acuatica-aranas_15521,



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