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La mayoría de las tortugas bobas que viven en el norte del Pacífico desovan en las costas japonesas. Una vez que las pequeñas crías nacen, se lanzan al mar. La mayoría se quedan casi toda su vida en el océano. Pero algunas, de repente, tras veinte años, aparecen misteriosamente en las costas de Baja California.

Los científicos, que no entienden del todo cómo estos animales que viven en zonas cálidas pueden atravesar barreras inhóspitamente frías en este periplo hasta llegar a la costa estadounidense, han llamado a este viaje «los años perdidos» de las tortugas bobas. Ahora, un estudio publicado en Frontiers in Marine Science parece tener la clave: pueden cruzar de un lugar a otro una suerte de ‘pasadizos’ cálidos creados por fenómenos atmósfericos que calientan la superficie del mar, como El Niño, o el cambio climático.

«Durante décadas, no hemos sido capaces de conectar los puntos migratorios de esta especie en peligro de extinción», afirma Dana Briscoe, autora principal del estudio e investigadora del Instituto Cawthron, de Nueva Zelanda. «Este trabajo se basa en la columna vertebral de una investigación excepcional sobre estos ‘años perdidos’ y, por primera vez, estamos emocionados de proporcionar pruebas de un ‘corredor termal‘ para explicar uno de los mayores misterios de las migraciones en el océano».

Tortugas bobas

A pesar de los avances científicos, todavía se sabe muy poco acerca de las migraciones de las tortugas y otros animales marinos, lo que sin duda es un reto a la hora de proteger y evaluar sus hábitats. Como la tortuga boba está en riesgo, los investigadores se centraron en esta especie: querían desvelar el motivo de que algunas de ellas llegasen hasta las costas occidentales de América del Norte mientras otras permanecían en el Oceáno Pacífico central.

¿Cómo es posible que algunas tortugas marinas, criaturas muy sensibles a las bajas temperaturas, pudieran cruzar una zona gélida llamada Barrera del Pacífico Oriental que normalmente para en seco el camino de otros animales?

Se conoce que algunas de estas tortugas pasan al otro lado por anteriores rastreos y chips instalados en algunos de estos animales para poder seguir su camino. Apoyándose en los datos de estas investigaciones de científicos de todo el mundo, crearon un mapa de movimiento. Después, recopilaron uno de los primeros registros más detallados del envejecimiento de las tortugas marinas en base a isótopos estables en los huesos para extraer más información sobre la vida de ese animal en concreto.

El extraño grupo de 6 entre 200

Así, se fijaron en un estudio elaborado durante 15 años que rastreó los viajes de más de 200 tortugas a través de unos sensores acoplados en sus caparazones. De todas ellas, seis se ‘escaparon’ del grupo y acabaron en EE. UU. Al comparar los resultados con las fechas y las condiciones del mar en ese tiempo, se percataron de que este ‘pelotón escapista‘ realizó su periplo en los primeros meses de la primavera, con aguas más cálidas que las que se encontraron después sus compañeras más rezagadas.

Por otro lado, el equipo estudió los huesos de las tortugas varadas en las playas de Baja California, analizando los isótopos estables, que son una especie de ‘huellas dactilares’ en los restos óseos que pueden indicar cambios debidos a la alimentación y las condiciones de las tortugas. Así podrían ver cuándo estos animales pasaron de mar abierto a las costas. El análisis reflejó un número anual significativamente mayor de tortugas marinas con rumbo al este durante las condiciones cálidas del océano.

La causa más probable, según los investigadores, es que exista un ‘corredor térmico’ que se crea a partir de corrientes de la superficie del mar inusualmente cálidas provocadas por El Niño y otros fenómenos de calentamiento intermitente. Así es como se crea un paso por el que estos animales pueden cruzar la barrera del Pacífico oriental hacia las zonas de alimentación costeras.

El cambio climático, una amenaza

Los autores señalan que debido al cambio climático, este corredor cada vez se extiende más en el tiempo, lo que puede provocar que más tortugas bobas acaben en las costas de EE. UU.

A su vez, esta nueva situación provoca que la distribución y las zonas de caza de otros animales, como aves marinas o tiburones blancos, cambien, lo que presenta un nuevo desafío en la conservación de las especies. En concreto, para la tortuga boba del Pacífico norte puede significar un mayor peligro para la pesca accidental de estos animales por la pesca.

«Comprender cómo y por qué especies como la tortuga boba del Pacífico norte se mueven entre los hábitats es crucial para ayudarlas a navegar entre las amenazas», afirma Larry Crowder, también autor del estudio y profesor adjunto en la estación marina Hopkins de Stanford. «Las tecnologías y los análisis emergentes pueden ayudar a iluminar estos viajes».

Fuente: P. Biosca / ABC,

Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-revelan-secreto-detras-misterioso-viaje-anos-perdidos-tortugas-bobas-202104090108_noticia.html,



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