Menos accidentes es uno de los efectos positivos más directos de la bajada de velocidad. Para demostrarlo, los eurodiputados quieren que la Comisión Europea informe de las áreas urbanas en las que ya se ha implementado los 30 km/h y los resultados probados en reducción de siniestralidad. Así lo reclaman en la resolución de seguridad vial aprobada esta semana en el Parlamento Europeo.

De ese modo se pretende convencer al resto de ciudades europeas de los beneficios sociales que implica limitar la velocidad de circulación a 30 km/h. Una práctica de movilidad sostenible que se extiende cada vez más. Es el caso de Londres y París, ciudades que tienen planificado ampliar considerablemente las zonas 30: en Londres se ha propuesto el objetivo de que en 2020 todas las carreteras residenciales y calles principales tengan como velocidad máxima los 30 km/h, mientras que París pretende alcanzar en septiembre 560 km de vías 30 km/h.

La resolución va en la línea de la Iniciativa Ciudadana Europea lanzada por organizaciones de la sociedad civil de toda la UE para vivir en vivir en ciudades más habitables, seguras y menos contaminadas. El objetivo es alcanzar un millón de firmas para pedir a la Comisión Europea que legisle al respecto Ecologistas en Acción, ConBici, Andando y Stop Accidentes continúan recogiendo adhesiones a través de una web y de acciones en la calle.



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