Estamos expuestos cada día a mezclas de productos químicos, que producen efectos distintos a la exposición a los componentes por separado. El Derecho de la UE fija unos límites estrictos para las cantidades de determinados compuestos autorizados en los alimentos, el agua, la atmósfera y los productos manufacturados, pero rara vez se estudian los efectos potencialmente tóxicos de las combinaciones de sustancias.

Janez Potočnik, Comisario de Medio Ambiente, ha declarado lo siguiente: “El Derecho de la UE ofrece un alto nivel de protección frente a los productos químicos por separado, pero debemos saber más sobre cómo actúan esos productos cuando se combinan. Se trata de un ámbito científico muy complejo, pero esa complejidad no debe servir de excusa a la inacción. Cuando tengamos buenas razones para creer que una mezcla química puede afectar a la salud humana o al medio ambiente, deberá llevarse a cabo una evaluación más detallada y tendremos que tomar las medidas oportunas”.

Como el número de posibles combinaciones químicas es muy alto, el primer reto dentro del nuevo planteamiento será identificar las mezclas prioritarias, de modo que los recursos puedan centrarse en las combinaciones potencialmente más nocivas.

Existen métodos para evaluar los riesgos de las mezclas prioritarias, pero persisten muchas lagunas en los datos y en los conocimientos. El asunto resulta aún más complicado debido al hecho de que mucha legislación de la UE se centra en grupos específicos, como los productos fitosanitarios, los biocidas, los cosméticos o los medicamentos, lo que puede representar un obstáculo para las evaluaciones coordinadas e integradas de las mezclas de sustancias contempladas en textos legislativos distintos.

La Comisión se cerciorará de que, tan pronto como se identifique una mezcla prioritaria, se evalúe de forma coordinada e integrada. Para 2014, la Comisión formulará asimismo directrices técnicas a efectos de la codificación de las mejores prácticas de evaluación de las mezclas prioritarias.

La Comisión también abordará algunas de las lagunas en los datos y los conocimientos a fin de mejorar nuestra comprensión de las mezclas a las que están expuestos el medio ambiente y las personas. Coordinará la recogida de datos y examinará la información de control recopilada en el marco del Derecho de la UE y de la investigación financiada por ella. También creará una plataforma para el seguimiento de los datos químicos. La Comisión elaborará en 2015 un informe en el que hará un balance de los progresos registrados.

Antecedentes

Los productos químicos están presentes en nuestra vida diaria en pequeñas cantidades en alimentos y bebidas, en medicamentos, en cosméticos y productos sanitarios, en la ropa, en los muebles, en los juguetes e incluso en el aire. Nuestra exposición a esta mezcla de sustancias químicas empieza en el seno materno y las plantas y los animales también están expuestos a diversos productos químicos.

Un estudio de 2009 realizado en Dinamarca examinó la exposición de los párvulos (niños de 2 años) a las mezclas químicas en forma de múltiples perturbadores endocrinos. El estudio examinó la exposición a través de los alimentos y las bebidas, el aire y el polvo en los espacios cerrados, la ropa y el calzado, el contacto con los juguetes, la aplicación de productos sanitarios y de higiene, así como el contacto con artículos como cambiadores y alfombras de baño. Su conclusión fue que hacía falta reducir la exposición de los niños pequeños a varios productos químicos examinados en el estudio, sobre la base de la concentración prevista de los diversos productos.

El nuevo planteamiento de la Comisión Europea se basa en gran parte en el reciente dictamen de los tres comités científicos no alimentarios (“Toxicidad y evaluación de las mezclas de productos químicos”), así como en el “Informe sobre el estado de la cuestión en cuanto a la toxicidad de las mezclas”.



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