El vidrio, que se usa habitualmente como embalaje en botellas de bebidas y envases de alimentos, es un elemento idóneo para ser reutilizado, ya que una de sus cualidades esenciales es que no pierde ninguna propiedad con el uso.

La ventaja de recuperar el vidrio es el importante ahorro energético para producir la materia prima base, que se estima en un 35% y origina un importante ahorro en los costos de producción. Casi todo el vidrio recuperado se utiliza para la producción de nuevos envases y botellas, y los fabricantes los usan triturado como sustituto parcial de la materia prima, ya que ahorra energía y alarga la vida del horno. La desventaja del vidrio usado son los contaminantes que puede arrastrar, que alteran la calidad y el color del producto final.

Los envases y embalajes representan casi el 80% de la fracción inerte de los residuos sólidos urbanos, objeto central de la recogida en origen o selectiva. Entre ellos, el vidrio tiene un interés especial.

Los envases de vidrio pueden clasificarse en dos grandes grupos:

  • Envases retornables, normalmente utilizados en el sector del vino, cava, cervezas, refrescos y agua de mesa.
  • Envases no retornables.

La polémica sobre los envases retornables, minimizar los residuos o no minimizados pero reciclarlos, tiene un gran fondo ecológico pero la realidad es que su uso y fabricación está en descenso debido a la falta de normalización, argumentos de tipo higiénico y sanitario, el interés de la industria en fabricar el máximo número de envases y la comodidad y exigencia de simplicidad total de las redes de distribución y venta. En cualquier caso, es muy probable el aumento del retorno de envases al amparo de la futura Ley de Envases y Embalajes. Las características de España, tercer productor mundial vinícola, potencia mundial en la industria turística, etc., hacen que, de momento, se mantengan las expectativas de crecimiento del sector y adquiera más importancia la recogida en origen de los residuos de los envases de vidrio.

Existen dos tendencias esenciales para la recogida selectiva en origen del vidrio:

  • Recogida como monoproducto, la más difundida.
  • Recogida agrupada con otras fracciones.

Recogida selectiva del vidrio

Uno y otro sistema necesitan que en los hogares se organice previamente la separación del vidrio o de la fracción agrupada y se almacene de forma conveniente hasta que deba llevarse a los puntos de recogida. Un buen sistema es utilizar un pequeño recipiente con asa que sirva tanto para su almacenamiento como para su transporte.

La recogida monoproducto emplea contenedores de gran capacidad de tipo iglú sobre todo, o troncocónicos, situados en la vía pública y donde el ciudadano lleva el vidrio desechado. Estos recipientes son vaciados con una periodicidad preestablecida por vehículos con caja abierta y grúa preparada para esta función.

También se utilizan contenedores de menor capacidad manejables por los sistemas convencionales de recogida con recolector-compactador, aunque es un sistema con elevados costos de mantenimiento por la acción abrasiva que ejercen los trozos de vidrio sobre los mecanismos del recolector-compactador.

El vidrio recolectado se transporta a centros de recepción que los recuperadores tienen en los alrededores de las ciudades. En ellos se hacen las operaciones previas a la recuperación del vidrio: separación de fracciones extrañas, molienda y limpieza. El porcentaje de objetos extraños que contiene el vidrio recogido se evalúa entre el 4 y el 8% en peso, por ello, en algunas poblaciones que disponen de instalaciones de selección, triaje manual o mecánico, se le somete a operaciones previas de limpieza con objeto de valorizarlo más.

La determinación del número de recipientes comunitarios no acepta un reparto uniforme y es difícil calcularlo para el modelo urbano de la mayoría de ciudades españolas, ya que concentran grandes masas de población en zonas relativamente pequeñas, por lo que el parámetro determinante debe ser el ratio de cobertura o metros de desplazamiento máximo que debe recorrer el usuario para entregar el vidrio. El concepto de ratio de cobertura plantea la necesidad de establecer el modelo de saturación, es decir, cuál es la distancia a la que hay que colocar los iglúes para que la implantación de nuevos contenedores produzca un aumento de la producción prácticamente nulo. Una prueba específica llevada a cabo en la ciudad de Barcelona en 1992 sobre una muestra de población de 70.000 habitantes, demostró que este valor es de unos 50 metros; es decir, que una vez alcanzado este radio, el vidrio recogido no aumenta significativamente por el hecho de colocar nuevos contenedores más cercanos al ciudadano.

Todos estos conceptos llevan a la conclusión que el número de contenedores iglúes o de gran capacidad está más determinado por su cercanía al ciudadano; la frecuencia de recogida sí debe adaptarse a la cantidad de vidrio a recoger en cada contenedor individualizado. Actualmente, en España hay más de 30.000 contenedores tipo iglú de 2,5 a 3 m3 destinados a la recogida selectiva de vidrio. Las expectativas de crecimiento de este parque de contenedores aumenta a razón de un 6% por anual. La densidad actual está en 1.300 habitantes por contenedor y las recomendaciones comunitarias están en 1.000 habitantes por unidad, pero ya hay ciudades cuyo objetivo para el año 2000 apunta a un contenedor cada 650 habitantes.

Otro sistema utilizado en España, sobre todo para los grandes productores: bares, restaurantes y supermercados, es el denominado puerta a puerta. Consiste en proporcionar a cada establecimiento un pequeño recipiente con ruedas donde los empleados colocan el vidrio desechado. Con cierta periodicidad, o por aviso telefónico, se acude a recoger el vidrio. Este método tiene unos costos elevadísimos que sólo pueden abordarse con economías de subsistencia o con planteamientos benéficos o asistenciales. Sin embargo, existe una variante al sistema que sí es aplicable con medios convencionales; se trata de regalar el recipiente al establecimiento con el único objeto de facilitar la segregación del vidrio. Cuando el cubo está lleno es responsabilidad de los empleados llevarlo hasta el contenedor público más cercano y vaciarlo en el recipiente comunitario. Este método planteado adecuadamente y contando con la colaboración de los comerciantes, tiene buenos resultados e incrementa la cantidad de vidrio recogido.

La recogida selectiva del vidrio integrado en una fracción agrupado con otros elementos, en general envases, es otro método utilizado. En algunas ciudades esta recogida de productos agrupados se realiza en iglús o contenedores de gran volumen. En estas recogidas la mezcla de productos pasa a plantas de tratamiento donde por medios mecánicos o, sobre todo, por triaje manual, se separan las diferentes fracciones elementales para dirigirlas hacia los recuperadores especializados en cada producto.

Por lo general, la recogida selectiva de vidrio se efectúa sin segregar colores, aunque su preparación favorecería una mejor valorización final del vidrio reciclado.



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