La conversión de la energía es un proceso que tiene lugar en la biosfera. Sin embargo, los seres humanos a lo largo de su historia hemos inventado diversos artefactos que posibilitan también la conversión energética. La eficiencia con que esta transformación se produce está directamente relacionada con la proporción entre su forma final y su forma inicial y también depende de las leyes físicas y químicas que gobiernan la conversión.

En los procesos termodinámicos, las máquinas o motores térmicos convierten energía térmica en energía mecánica o viceversa. Según la teoría termodinámica, ninguna máquina térmica puede tener una eficiencia superior a la del proceso reversible de Carnot, denominado también ciclo de Carnot.

Una serie de ciclos termodinámicos se han implementado en la práctica:

  • El ciclo Bryton, que consiste en turbinas de vapor y motores de reacción.
  • El ciclo Otto, ampliamente utilizado en el sector de la automoción.
  • El ciclo Diesel, muy utilizado en navegación marítima, ferrocarriles y automóviles.
  • El ciclo Sterling, muy parecido al ciclo ideal de Carnot, y que suele utilizar aire u otro gas como fluido de trabajo. Este ciclo también se emplea en el bombeo solar de agua.
  • El ciclo Ericsson, que utiliza aire caliente como fluido de trabajo y que está específicamente pensado para aplicaciones solares.
  • El ciclo Rankine.

Todos estos metodos precisan de equipos especificos para cada tipo y en ellos se enmarcan los motores de uso generalizado en automoción, de amplia utilización.


Redacción Ambientum


 



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