En un contexto global marcado por la inestabilidad geopolítica, las organizaciones enfrentan retos significativos para cumplir sus objetivos de sostenibilidad. A pesar de estos obstáculos, los esfuerzos no han cesado, e incluso se han intensificado, impulsados por la regulación climática y el avance de las tecnologías emergentes. Así lo refleja el informe reciente del Instituto de Investigación Capgemini, titulado “Un mundo en equilibrio 2024: Acelerando la sostenibilidad en medio de retos geopolíticos”, que analiza el progreso en sostenibilidad empresarial en los últimos tres años.
Sostenibilidad: un desafío cada vez más complejo
Los resultados del estudio muestran que, aunque la situación geopolítica actual, como las tensiones entre Estados Unidos y China y la guerra en Ucrania, impacta negativamente en las inversiones en sostenibilidad, las organizaciones están redoblando sus esfuerzos. Casi dos tercios de los ejecutivos reconocen que las tensiones geopolíticas han ralentizado sus inversiones en sostenibilidad. Sin embargo, la mayoría de ellos también destaca que anticiparse a las normativas ambientales más estrictas es un motor clave para acelerar sus iniciativas sostenibles. De hecho, el 69% de los ejecutivos encuestados considera que cumplir con futuras regulaciones es esencial para mantener el impulso en sus proyectos de sostenibilidad.
Este contexto también ha generado una preocupación creciente por parte de las organizaciones sobre la percepción pública de sus esfuerzos. Mientras que en 2023 solo el 11% de los directivos temía que su estrategia de sostenibilidad fuera vista como poco honesta, este año el porcentaje ha escalado al 60%. Este aumento podría reflejar una mayor sensibilidad tanto de las empresas como de los consumidores respecto a las prácticas de greenwashing, es decir, la apariencia de ser más sostenible de lo que realmente se es.
Tecnología climática como pilar fundamental
Uno de los puntos más destacados del informe es el rol crucial de la tecnología climática. Dos tercios de los encuestados afirmaron que su organización no podrá alcanzar sus objetivos de sostenibilidad sin la ayuda de innovaciones tecnológicas. Esto se refleja en la adopción creciente de herramientas para la gestión del agua, la biodiversidad y la economía circular. En cuanto a la gestión del agua, por ejemplo, el 75% de las empresas han implementado ya un programa en esta área, comparado con solo el 55% en 2022.
Además, el reciclaje y la producción circular están cobrando cada vez más protagonismo. El 74% de los ejecutivos destaca el reciclaje de productos como parte central de su estrategia, lo que representa un aumento significativo respecto al 53% en 2022. Asimismo, más de dos tercios de las organizaciones están rediseñando productos para eliminar las materias primas derivadas de combustibles fósiles.
La importancia de la regulación en la sostenibilidad
La normativa también ha sido un catalizador clave para el avance de las estrategias sostenibles. Según el informe, el 73% de los ejecutivos coinciden en que la Directiva de la UE sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés) ha mejorado las capacidades de medición y seguimiento de sus proyectos sostenibles. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer en lo que respecta a las emisiones de Alcance 3, aquellas generadas indirectamente a lo largo de la cadena de valor. Solo el 36% de las empresas obligadas a informar bajo la directiva aseguran estar preparadas para incluir las emisiones de Alcance 3, mientras que el 86% ya cumple con los reportes de Alcance 1 (emisiones directas de la compañía).
A pesar de estos avances regulatorios, la incertidumbre política, especialmente en Estados Unidos, sigue generando inquietud en las empresas. El 69% de los ejecutivos señala que el panorama político estadounidense actual afecta de manera significativa a sus decisiones de inversión en sostenibilidad. Esta preocupación es aún más pronunciada en Suecia, donde el 75% de los líderes empresariales la consideran un factor relevante.
Las expectativas de los consumidores: transparencia y acción
Uno de los mayores desafíos para las empresas es la creciente desconfianza de los consumidores. Mientras las organizaciones intentan avanzar hacia prácticas más sostenibles, los consumidores exigen una mayor transparencia y acción. Según el informe, tres cuartas partes de los consumidores esperan que las empresas desempeñen un rol más importante en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, más de la mitad de los encuestados creen que las empresas están utilizando estrategias de greenwashing en sus iniciativas de sostenibilidad empresarial. Este escepticismo ha crecido significativamente en el último año, ya que en 2023 solo el 33% de los consumidores compartía esta opinión.
Este descontento muestra que las empresas no solo deben acelerar sus esfuerzos en sostenibilidad, sino también comunicar de manera más clara y efectiva los resultados tangibles de sus acciones. En este sentido, las organizaciones que sean capaces de demostrar avances concretos y medibles en su transición hacia modelos más sostenibles serán las que generen mayor confianza y credibilidad.
Un futuro sostenido por la innovación y la regulación
A pesar de las dificultades geopolíticas y el escepticismo de los consumidores, los líderes empresariales continúan apostando por esta, la sostenibilidad empresarial. La integración de tecnologías climáticas y la adaptación a normativas más estrictas son fundamentales para alcanzar los objetivos globales de reducción de emisiones. Como afirma Cyril Garcia, responsable de Servicios Globales de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa de Capgemini, “la reducción de CO2 debe traducirse en ahorro de costes, y la mejor manera de generar confianza entre los consumidores es demostrando resultados tangibles”.
En conclusión, el camino hacia la sostenibilidad sigue presentando numerosos desafíos. Sin embargo, el compromiso de las organizaciones por adoptar prácticas más sostenibles, apoyadas por la innovación tecnológica y las regulaciones, refuerza la importancia de seguir avanzando hacia una economía más equilibrada y respetuosa con el medio ambiente.