El ecopackaging, o empaquetado sostenible, es una práctica que consiste en elaborar envases para productos atendiendo a criterios de funcionalidad, optimizando los recursos y tratando de fabricar envases menos contaminantes con materiales ecológicos.

La sostenibilidad está a la orden del día y cada vez encontramos más aspectos de nuestra vida cotidiana en los que podemos encontrar su huella. Algunos de ellos son los envases y embalajes de los productos que adquirimos a diario.

A pesar de la crisis económica provocada por el COVID-19, las empresas tienen interés en entrar en los mercados de productos y servicios ecológicos, que se encuentran en constante crecimiento.

Por ejemplo, cada vez es más común ver cómo en los supermercados se sustituyen los envases de verduras y frutas fabricados con poliestireno expandido (EPS), un material no biodegradable y realmente nocivo para el medio ambiente. El sustituto que las empresas están comenzando a utilizar es un envase elaborado con restos de patatas y hongos completamente biodegradable en 30 días.

¿Qué hace que un embalaje sea sostenible?

Para que un empaquetado sea considerado como ecológico y respetuoso con el medio ambiente debe cumplir con algunas exigencias.

En primer lugar, el empaquetado debe estar fabricado con materiales ecológicos como cartón o plásticos reciclables, los materiales más extendidos en esta práctica. En caso de utilizar madera, esta tiene que tener su origen en bosques de rendimiento sostenible. Todos estos materiales deben tener algo en común: no deben generar deshechos peligrosos para el medio ambiente.

Según el estudio «Envases y embalajes: percepción de la sociedad» elaborado en 2017 por la Asociación Española de Fabricantes de Envases y Embalajes de Cartón Ondulado, el cartón se postulaba como el mejor material para ecopackaging para el 41,7% de los españoles.

Por otra parte, es importante atender a que las tintas y pinturas que se utilicen sean también ecológicas. Es común que algunas marcas estropeen sus buenas intenciones de fabricar un envase ecológico al utilizar pinturas altamente contaminantes.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es que el objetivo del ecopackaging es que el producto tenga la menor cantidad de embalaje posible. Es común comprar productos que tienen hasta tres envoltorios que son completamente evitables dadas sus dimensiones. También es importante que el embalaje se pueda reutilizar, como paquete o dándole usos alternativos.

Por último, la finalidad primordial del ecopackaging es contribuir a un modelo circular sostenible, por lo que se debe garantizar al máximo posible la reducción de emisiones de CO2, tanto en su fabricación como en el transporte del mismo.

La importancia de los diseños ecológicos de los envases

Según datos de Ecoembes, Europa genera actualmente más de 2,5 millones de toneladas de residuos anuales, unas cifras realmente astronómicas. En nuestro caso, cada español genera una media de 460 kilos de residuos de forma anual, unas seis veces más que el peso medio de una persona.

Con estos datos sobre la mesa, el Parlamento Europeo se puso manos a la obra y aprobó una serie de medidas para acelerar la implantación de un modelo de economía circular. Esta nueva hoja de ruta plantea un horizonte en el que en 2025, entre el 55% y el 60% de los envases plásticos se puedan reciclar.

Por ello, se hace necesario el concepto de reciclaje de las 7Rs (Rediseñar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar, Recuperar y Reciclar) que busca un diseño de los productos pensado para su reutilización.

En este sentido, Ecoembes creó en 2017 TheCircularLab, el primer centro de innovación sobre economía circular en Europa. Con el objetivo de impulsar las mejores líneas de innovación en el ámbito de los envases y su reciclado, el laboratorio estudia y aplica en colaboración con empresas, administraciones públicas y ciudadanos algunas de las mejores prácticas durante el ciclo de vida de los envases, desde su producción hasta su reintroducción en el ciclo de consumo mediante nuevos productos.

Empresas que promueven el ecopackaging

En el caso de Henkel, empresa alemana manufacturera de productos químicos e industriales, la estrategia corporativa está basada en una economía circular, en la que se hace uso de materiales fabricados utilizando energía renovable y se pone en práctica el diseño inteligente.

La compañía tiene como objetivo fabricar el 100% de su packaging de forma sostenible y haciendo que sea reutilizable o reciclable. Por otro lado, Henkel pretende reducir en un 50% la cantidad de plásticos vírgenes de origen fósil, y quiere hacerlo aumentando la proporción de sus plásticos reciclados en sus productos a nivel mundial en más del 30%.

Por último, la empresa quiere contribuir a que los residuos no terminen en el medio ambiente ofreciendo apoyo a las iniciativas de recolección y reciclaje de residuos e invirtiendo en soluciones y tecnologías para desarrollar el reciclaje en circuito cerrado. En este aspecto, Henkel quiere proporcionar información relacionada con el reciclaje de los envases a más de 2.000 millones de consumidores al año.

Por otra parte, Indesla es una empresa especializada en la elaboración de envases ecológicos, desde el termoconformado hasta la elaboración y distribución de los mismos.

Entre los materiales con los que trabaja la empresa figuran 100% R-PET, un material compuesto proveniente de un sistema de recogida selectiva; el Bio-PET, un material compuesto con un alto nivel de bio-degradabilidad (hasta un 60%); El PLA, un biopolímero de origen natural, biodegradable y compostable; celulosa, cartón y films ecológicos.

Fuente: Javier López de Benito / EnergyNews,

Artículo de referencia: https://www.energynews.es/ecopackaging-clave-de-la-economia-circular/,



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