Oslo tiene la intención de vivir sin coches

Oslo tiene la intención de vivir sin coches

Oslo no era la primera capital en renunciar a los automóviles en su núcleo urbano, pero previsiblemente la noruega será la primera en lograrlo, además de ofrecer hasta la fecha la mayor superficie de Europa: un mínimo de 1,3 kilómetros cuadrados frente a los 0,5 de Bruselas, los 0,2 de Munich y los 0,6 de Copenhague, por citar las tres ciudades en las que se han inspirado de entre las 32 seleccionadas.

Esta extensión, sin embargo, podría ser superada por Madrid en el año 2020, tal y como anunció su Ayuntamiento el pasado septiembre tras aprobarse el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático. Éste, entre otras medidas, contempla la creación a partir de junio de 2018 del Área Central Cero Emisiones, con un perímetro de unos dos kilómetros cuadrados.

El fin último de la llamada Iniciativa Centro de la Ciudad Libre de Coches en Oslo es crear una ciudad más verde e inclusiva en la que «haya más espacio para las personas que en una planificación urbana basada en los automóviles», explica su responsable, la delegada de Desarrollo Urbano, Hanna Marcussen, de Los Verdes.

A diferencia de las grandes capitales europeas, como Londres, París y Madrid, el objetivo final no es tanto reducir las emisiones -aunque el transporte supone el 40% del total de la ciudad-, sino aumentar y mejorar la calidad de vida en el centro. Así, retirando los coches a base de prohibir su estacionamiento se gana espacio en beneficio de los habitantes, pero también de negocios y organizaciones ciudadanas.

Hasta la fecha se ha trabajado en seis áreas piloto, donde han retirado 300 plazas de aparcamiento de las calles. Para el año que viene serán 700 los lugares de estacionamientos que desaparecerán del núcleo urbano. Las aceras se ensancharán y las ocuparán más bancos. Los que se han instalado recientemente ofrecen wifi gratuito y la posibilidad de cargar las baterías. Además, se darán incentivos a los bares y restaurantes para que ofrezcan terrazas. También se trazarán carriles-bici o se peatonalizarán las calles.

COCHES ELÉCTRICOS

Ello, añade Marcussen, no significa que residentes y personas discapacitadas no puedan acceder o salir del centro con su propio vehículo. De hecho, el inconveniente en realidad lo plantean los autobuses turísticos que circulan principalmente por el centro, donde se aglutinan los lugares de interés para los visitantes. «Tendremos que ajustarlos», concede Marcussen sin poder dar aún más detalles.

Porque, de nuevo, a diferencia de otras grandes capitales europeas, el centro de Oslo tampoco admitirá la circulación y estacionamiento de vehículos eléctricos. Y ello no es baladí pues la noruega es la capital mundial de estos coches. En 2016, un 30% de los vehículos adquiridos en Oslo fueron eléctricos y el pasado verano en todo el país la cifra alcanzó el 42%. Noruega es el país del mundo con mayor número de coches eléctricos per cápita (215.6 por cada 10.000 habitantes, seguido de Países Bajos, 78.7, frente a los 11.9 de Japón o los 8.9 de Alemania), resultado de una tentadora política de incentivos.

Este esquema de subsidios y ventajas (exención de impuestos y peajes, uso de carril bus, parking con recarga gratuito…) también se extendió en 2016 a las bicicletas eléctricas. Tal fue su éxito que en tres semanas se gastó el presupuesto asignado. Potenciar su uso es importante, aun teniendo la orografía en contra. Actualmente, la red ciclista consiste en 205 kilómetros. Además, en las afueras, existen otros 567 senderos. En invierno, 335 kilómetros se convierten en pistas públicas de esquí de fondo. Para potenciar el uso de la bicicleta en los meses más fríos, el Ayuntamiento ofrece un servicio exhaustivo de quitanieves en los carriles bici, con iluminación y mantenimiento.



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