Ecologistas en Acción considera la candidatura olímpica madrileña un despilfarro de dinero público, que solo busca proyectar una ciudad escaparate, así como promocionar una visión pasiva y profesional de la actividad deportiva. Al mismo tiempo, la ciudadanía madrileña soporta una dotación insuficiente de instalaciones deportivas, aparte de todo tipo de recortes en prestaciones sociales.

A poco que se hagan bien las cuentas, la gran mayoría de los juegos olímpicos recientes han sido un fracaso económico, dejando varias ciudades sumidas en grandes deudas. Por eso, Ecologistas en Acción no entiende el empeño de nuestros políticos en la candidatura olímpica Madrid 2020. Hace tiempo que desapareció el "consenso olímpico" y una gran parte de la población madrileña no está a favor de la celebración de las olimpiadas, sospechando quiénes serán los verdaderos beneficiarios de este proyecto, como por ejemplo las grandes constructoras, que seguirán promoviendo obras inútiles como aeropuertos sin aviones, AVE sin pasajeros, autopistas de peaje en quiebra, que tenemos que rescatar los ciudadanos, y futuras EuroVegas.

Del mismo modo, la patente corrupción de buena parte de la clase política gobernante convierte en inmoral el intento de traer el "espíritu olímpico" a nuestra ciudad. El dinero público presupuestado para este fin asciende a 1.600 millones de euros, y con seguridad veremos como se incrementa con posterioridad, aumentando la enorme deuda de Madrid que ronda los 7.000 millones de euros.

Hay claros ejemplos que demuestran que las previsiones en los presupuestos nunca se cumplen a la baja: la Caja Mágica ha costado a las arcas públicas 294 millones de euros, el doble de lo previsto inicialmente, y la instalación no ha cubierto más que el 50% de la amortización, según el Ayuntamiento. El Centro Acuático, actualmente una única piscina, con el resto de obras paralizadas, 157 millones de euros. La Peineta, el estadio de nunca empezar, salvo alguna competición de atletismo, sigue siendo un páramo "infrautilizado y muy costoso de mantener", según palabras de Ruiz-Gallardón. Por no olvidar el Parque de la Gavia, un macroespacio que hoy, con dos tercios terminados, se erige como un desierto urbano.

Recordemos que con el dinero presupuestado para las Olimpiadas, 1.600 millones de euros, se podía pagar más de tres veces el recorte a la sanidad madrileña o se podría haber evitado los recortes de los 4 últimos años del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Ecologistas en Acción no entiende que mientras se invierten estas ingentes cantidades de dinero público para promocionar un deporte de elite, se mantenga al mismo tiempo una dotación claramente insuficiente de instalaciones deportivas para la mayoría de la población, lo que lleva a enormes lista de espera por conseguir plaza o imposibilita directamente la práctica de determinados deportes. 

Del mismo modo, conviene recordar que Madrid sufre de una alta contaminación del aire, siendo este el más preocupante de los problemas ambientales asociados a la candidatura madrileña. Rebasamos los límites legales marcados por la UE de óxidos de nitrógeno y partículas sin que se hayan tomado medidas decididas por remediarlo. Algunas de las ciudades elegidas como subsede también soportan frecuentes superaciones de los niveles de ozono durante los meses veraniegos, superando así mismo los niveles legales.

En definitiva, para la organización ecologista conseguir una ciudad amena y compatible con la práctica popular del deporte debería ser una prioridad para Madrid, y no la de crear una ciudad escaparate para los juegos olímpicos. Hay muchas y mejores prioridades antes que seguir malgastando fondos públicos en una candidatura olímpica que solo creará más problemas a la ya castigada ciudadanía madrileña.



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