Expertos chinos han alertado de que, tras el terremoto que afectó a la provincia suroccidental de Yunnan el pasado mayo, un mayor número de osos panda salvajes podrán enfermar este invierno en comparación a otros años. El seísmo, de 8 grados en la escala Richter, provocó daños en su hábitat natural y a las plantas de bambú en la zona, que constituyen su principal alimento.

«Será un gran desafío para los centros de investigación o crianza recibir más pandas salvajes», declaró Zhang Guiquan, subdirector de la administración de la Reserva Natural de Wolong, ubicada en Sichuán, citado por la agencia oficial Xinhua.

Traslado antes de tiempo

Los pandas gigantes salvajes, que generalmente viven a una altitud de entre 2.500 y 3.200 metros, suelen trasladarse a zonas más bajas en busca de alimentos durante el invierno, ya que el bambú está cubierto por la nieve en esa época del año. Algunos incluso «piden ayuda a los residentes locales» si están muy hambrientos o enfermos, explicó Zhang.

El responsable de la reserva señaló que cada invierno, entre diciembre y marzo, se suelen encontrar entre cuatro y cinco pandas salvajes en Sichuán. «Este año los animales bajaron de las montañas tan pronto que esto nos hace pensar que sufrirán una situación peor a la de otros inviernos», dijo Zhang, quien añadió que el principal motivo para que hayan bajado en una fecha tan temprana puede ser la insuficiencia de alimentos.

Enfermedades

La mayoría de los pandas gigantes sufrían malnutrición, anemia, y otras enfermedades cuando fueron descubiertos por los residentes locales, señaló Tang Chunxiang, veterinario jefe del citado centro, que también recibió tras el seísmo 53 pandas que vivían en cautividad en la reserva natural de Wolong.

Actualmente todavía hay siete pandas en la reserva con edades comprendidas entre uno y dos años. Todos han sido trasladados a un lugar seguro tras el temblor.



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