Pero para provocar ese cambio, los gobiernos deben aplicar políticas y programas dirigidos tanto a explotar el potencial de los bosques como a asegurar que sean gestionados de manera sostenible, afirmó la FAO.

En un nuevo informe, La situación de los bosques del mundo 2012 (SOFO 2012, por sus siglas en inglés), la FAO defiende que una mejor y más sostenible utilización de los recursos forestales puede contribuir significativamente a superar muchos de los grandes retos que se debaten en Río, incluyendo reducir la pobreza y el hambre, minimizar los impactos del cambio climático, y crear fuentes alternativas y más sostenibles de productos biológicos y bioenergía para uso humano.

"Los bosques y los árboles en las explotaciones agrícolas son una fuente directa de alimentos, energía e ingresos en efectivo para más de las mil millones de personas entre las más pobres del mundo", señaló Eduardo Rojas-Briales, Director General Adjunto de la FAO, al frente del Departamento Forestal. "Al mismo tiempo, los bosques capturan el carbono y mitigan el cambio climático, mantienen el agua y la salud del suelo, y previenen la desertificación. La gestión sostenible de los bosques ofrece múltiples beneficios. Con programas y políticas adecuadas, el sector puede liderar el camino hacia economías más verdes y sostenibles".

"La industria mundial de productos forestales está a la vanguardia de los esfuerzos de conservación de los bosques", afirmó Donna Harman, Presidenta del ICFPA. "Mediante prácticas sostenibles de ordenación forestal, la industria no sólo produce madera de forma continua, sino que también garantiza su abundancia para las generaciones futuras. La industria mundial de productos forestales también contribuye a los medios de vida y el bienestar humano empleando a millones de personas en todo el mundo generando productos que ofrecen cobijo y aumentan la alfabetización. La bioeconomíaemergente solamente puede intensificar la importancia del papel de esta industria".

Apoyar a los medios de vida

Las inversiones en empresas madereras pueden crear empleos y activos y ayudar a revitalizar las vidas de millones de personas en zonas rurales, según el nuevo informe de la FAO.

Unos 350 millones de las personas más pobres del mundo, incluyendo 60 millones de indígenas, dependen de los bosques para su subsistencia diaria y la supervivencia a largo plazo, señala el informe. La "silvicultura en la explotación agrícola"-también conocida como agrosilvicultura- está contribuyendo a los ingresos agrícolas hasta en un 40 por ciento en algunos casos mediante la recolección de madera, frutas, aceites y medicinas.

A pesar de que en ocasiones gozan de mala reputación debido a la preocupación por la deforestación, los productos madereros -si proceden de explotaciones forestales bien gestionadas- pueden almacenar carbono y se reciclan fácilmente. Las industrias forestales de todo el mundo están desarrollando nuevos productos y procesos innovadores y competitivos para sustituir a los materiales no renovables, y al hacerlo están abriendo el camino a bioeconomías de bajo carbono. "La promoción de una industria forestal sostenible supone una forma de mejorar las economías rurales y cumplir al mismo tiempo con los objetivos de sostenibilidad", afirma el SOFO 2012.

Pero si bien el informe indica que el valor de las exportaciones de productos forestales se duplicó con creces entre 2002 y 2010 en algunas zonas, también señala que resulta necesario prestar más atención a fomentar la creación de pequeñas y medianas empresas forestales que beneficien a las comunidades locales.

Energía renovable

El informe de la FAO también sostiene que la silvicultura sostenible ofrece una fuente de energía renovable y alternativa.

"Quemar madera puede ser el método más antiguo empleado por los seres humanos para obtener energía, pero ni mucho menos está obsoleto ", dijo Rojas-Briales. Hoy en día, la dendroenergía sigue siendo la principal fuente de energía para más de un tercio de la población mundial, en particular para los pobres. "A medida que se intensifica la búsqueda de fuentes de energía renovables, no debemos pasar por alto las importantes oportunidades para que la energía basada en biomasa forestal se constituya en una alternativa más limpia y más verde", añadió Rojas-Briales.

Según el SOFO 2012 la obtención de energía a partir de madera puede ofrecer una solución climáticamente neutra y socialmente equitativa, siempre y cuando se combine con la reforestación y con programas sostenibles de ordenación forestal, y la madera proceda de bosques gestionados de manera sostenible y se queme utilizando tecnologías apropiadas.

El informe afirma: "Aumentar la utilización de energía renovable, incluyendo los dendrocombustibles, con respecto a los combustibles fósiles puede ser uno de elementos más importantes de una transición mundial hacia economías de bajo carbono. La dendroenergía sostenible puede crear empleo local y utilizarse para redistribuir los gastos derivados de la importación de combustibles fósiles en inversiones en fuentes nacionales de energía, con beneficios para el empleo y los ingresos".

Sin embargo, la FAO también advierte que este cometido requerirá prestar mucha atención a los patrones existentes de dependencia dendroenergética, utilizar prácticas sostenibles de ordenación forestal en la recolección y plantación de árboles, y adoptar tecnologías eficientes para convertir la biomasa en calor y para la cogeneración (calor/electricidad).

Retención de carbono para mitigar el cambio climático

Reduciendo la deforestación y restaurando los bosques perdidos a gran escala, se pueden absorber cantidades significativas de carbono de la atmósfera, mitigando la gravedad y los efectos del cambio climático. Al mismo tiempo y, según apunta el SOFO 2012, estos proyectos también apoyarían los medios de vida rurales y proporcionarían materias primas renovables para la construcción sostenible utilizando más madera y bambú así como bioenergía. A través de la Asociación Global sobre Restauración del Paisaje Forestal, se han identificado casi 2.000 millones de hectáreas de superficie aptas para su restauración.

Y la forestación ofrece el beneficio añadido de ayudar a luchar contra la desertificación y la degradación del suelo.

Políticas de apoyo

Situar a los bosques en el centro de una nueva economía verde requerirá, en primer lugar, políticas y programas que incentiven a los empresarios a utilizar los recursos forestales de manera sostenible. Esto incluye "la eliminación de incentivos perversos que conduzcan a la deforestación y degradación y a la conversión de los bosques en otros usos, y que fomenten el uso de materias primas no renovables como el acero, el hormigón, el plástico o las energías fósiles que compiten con la madera y el bambú", afirma el SOFO 2012.

Crear flujos adecuados de ingresos para servicios de los ecosistemas forestales como la retención de carbono también puede animar a los propietarios y gestores forestales a proteger y restaurar los bosques. Los sistemas de gestión abiertos y descentralizados que incluyan la transformación industrial y el suministro de energía pueden ayudar a fomentar la eficiencia y la transparencia y ofrecen un variado abanico de oportunidades para los empresarios locales



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