Rompiendo con todas las previsiones, que pronosticaban un verano especialmente seco y caluroso, las bajas temperaturas medias registradas durante julio y agosto han motivado que hasta la fecha 2014 sea uno de los años con menor número de incendios y menor superficie afectada de la última década. Hasta el 10 de agosto, fecha de la última actualización de los datos oficiales que ofrece el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en 2014 se han producido en España unos 7.100 siniestros, un 32% menos que en los últimos diez años. En cuanto a superficie afectada, han ardido 34.000 hectáreas, un 57% menos que en la media del decenio. Sin duda las cifras son muy positivas y ofrecen una tregua a los bosques tras los devastadores incendios de 2012 en los que ardieron 210.000 hectáreas. Sin embargo, no debemos bajar la guardia. 

En gran medida los buenos resultados se deben a las condiciones meteorológicas favorables y no a mejoras impulsadas desde las administraciones públicas. Aún queda mucha campaña por delante, hasta el 30 de septiembre el riesgo de incendio existe y en apenas una semana el fuego puede devorar todo lo que no ha ardido hasta la fecha.

Además debemos recordar que si bien las condiciones meteorológicas juegan un papel importante, ni el clima ni la meteorología son las responsables del fuego, sino la mano del hombre, responsable del 96% de los incendios forestales. Por ello debemos pedir a la población la máxima precaución y no realizar actividades que puedan entrañar peligro para nuestro patrimonio forestal.



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