La energía solar fotovoltaica es un método de generación de electricidad limpia y sostenible que ha ido ganando consumidores en los últimos años. Su tecnología permite aprovechar la luz del sol para generar electricidad y almacenar la que no se consume, pero también hay que hablar de las baterías virtuales asociadas a estas instalaciones de autoconsumo.

Una batería virtual ofrece a los consumidores la posibilidad de almacenar y obtener una compensación en euros en la factura de la luz si han generado más energía de la que han consumido en el periodo de facturación. Por lo que abre nuevas posibilidades de ahorro en un contexto de crecimiento de la energía solar.

Porque según los datos de Red Eléctrica Española (REE), la energía solar fotovoltaica aumentó un 38% (3.565 GWh) en abril de 2023 en comparación con el mismo mes del año anterior y su peso en el mix eléctrico fue del 16,9%. Y el conjunto global de las energías renovables generaron el 52,1% de la electricidad, superando la barrera del 50%.

Así que, dentro de las estrategias para lograr la transición energética y la sostenibilidad ambiental, esta solución está a disposición de los usuarios de paneles solares para poder obtener una compensación en euros en los recibos de la luz.

Supone, de esta manera, una manera más para fomentar el autoconsumo solar en viviendas, comunidades energéticas y negocios, ya que a la sostenibilidad ambiental suma factores y beneficios de ahorro económico para los consumidores.

Así funciona una batería virtual en una instalación fotovoltaica

Las instalaciones solares fotovoltaicas convierten los rayos del sol en electricidad que se puede consumir en los hogares, con un ahorro en el coste de las facturas de la luz. Pero cuando se trata de las baterías virtuales, hay algunos cambios para los consumidores en comparación con la presencia de baterías físicas.

En las instalaciones habituales, cuando se generan excedentes que no se consumen en la vivienda o en la empresa en el momento de producción, las baterías para paneles solares añadidas a la instalación sirven para almacenarlos. Estas baterías ocupan un espacio físico y tienen una capacidad limitada para almacenar electricidad, además de ser de diversos tipos y tener vidas útiles diferentes.

Por su parte, las baterías virtuales almacenan el excedente de una manera virtual, porque lo que sucede es que cuando llega el final del periodo contabilizado en la factura de la luz, el excedente se descuenta en euros del recibo de la luz por parte de las empresas que ofrecen este producto.

¿Cómo funcionan estas baterías y qué debes conocer como consumidor de energía solar? Explicamos a continuación las tres características más importantes:

1. No requieren de una instalación extra en la vivienda o empresa

En primer lugar, como no son dispositivos físicos, no requieren de una instalación extra en la vivienda o empresa que contrate este servicio. Las empresas eléctricas que las incluyan en su oferta se encargan de activarlas y no hay que hacer ningún tipo de obra en el inmueble donde están las placas solares.

2. No hay límite de almacenamiento

La segunda de las características que hay que saber del funcionamiento de este tipo de baterías es que no tienen límite de almacenamiento de excedentes. En función de cuánto se genere, se compensa en las facturas de la luz de los consumidores. Por lo que siempre que haya excedente de energía producida en los paneles solares, habrá una compensación económica acumulable que supone un ahorro cada mes en tu factura de la luz.

3. Guardado automático de los excedentes

Además, se produce un guardado automático de los excedentes. ¿Qué quiere decir? Que, si cuando acaba el periodo de una factura, el consumidor sigue teniendo excedentes, estos se guardan de forma automática. En la siguiente factura, se compensará la cantidad de excedentes generados en el nuevo periodo más la del mes anterior, y así sucesivamente.

¿Cómo se compensan los excedentes de las baterías virtuales?

Para entender mejor las características de estas soluciones asociadas a las instalaciones solares fotovoltaicas, exponemos a continuación dos ejemplos con cifras de cómo se abonan los excedentes de las baterías virtuales en los recibos de la luz.

  • Si un mes, el consumo de electricidad de una vivienda supone una factura de la luz por un coste de 100 euros y los excedentes generados en la instalación fotovoltaica y almacenados en las baterías virtuales son de 38 euros, esta cantidad se descuenta de la factura. El usuario pagará ese mes un total de 62 euros y no contará con una acumulación de excedentes para compensar en el siguiente recibo de la luz.
  • Si, por el contrario, el consumo eléctrico es de 100 euros y los excedentes son de 138 euros, la factura saldrá gratis y el consumidor tendrá 38 euros de excedentes para su compensación en la siguiente factura. A partir del siguiente periodo de facturación, esos 38 euros se guardan y se sumarán los excedentes nuevos, si los hubiera porque el consumo es menor a la producción en las placas solares.

¿En qué se diferencian de las baterías físicas?

Las baterías virtuales, por lo tanto, tienen una serie de diferencias con respecto a las baterías físicas (estacionarias, de litio, AGM o Monoblock). Como se ha explicado previamente, las baterías físicas tienen vidas útiles diferentes en función de su tipo: desde los 4 o 5 años de las baterías fotovoltaicas Monoblock hasta los 10 que pueden llegar a tener las baterías solares AMG.

Estos años hay que tenerlos en mente en comparación con la vida útil de las placas solares, que, si son de calidad y se mantienen de manera correcta, pueden llegar a funcionar con buen rendimiento hasta 30 años.

En este contexto, exponemos en qué se diferencian las baterías virtuales de las baterías para paneles solares descritas en este apartado:

Instalación requerida

Lo primero que hay que decir a este respecto es que las baterías para paneles solares requieren de una instalación extra a diferencia de la batería virtual. Si solo se ponen paneles solares, no habrá opción de almacenar los excedentes, así que hay que instalar baterías físicas para poder almacenarlos.

Por el contrario, las baterías virtuales, como decimos, no necesitan ninguna instalación porque no son dispositivos físicos, se activan de manera remota por parte de la compañía con la que se contraten.

Espacio físico ocupado en el inmueble

A colación de la primera diferencia, las baterías físicas ocupan un espacio físico en el inmueble donde está la instalación solar fotovoltaica. Esto se debe tener en cuenta a la hora de gestionar el dimensionamiento de la instalación para saber cuántas celdas y paneles se pueden tener, más la valoración del espacio que ocupan las baterías.

En el caso de las virtuales, no son físicas, no ocupan ningún espacio real en los inmuebles, como se ha explicado.

Capacidad para almacenar excedentes

Y, en tercer lugar, las baterías físicas tienen una capacidad limitada para almacenar los excedentes de electricidad generada con la instalación solar fotovoltaica. Además, su vida útil se alargará o acortará en función de su uso, de la manera de llevar a cabo su carga y descarga y de otros factores.

Mientras, las baterías virtuales tienen una capacidad ilimitada de almacenamiento de excedentes y estos siempre se compensarán en euros en las facturas y recibos de la luz de los consumidores.

En definitiva, este tipo de solución como las baterías virtuales tiene una serie de características a valorar por los consumidores de energía solar en España. Y son un elemento que favorece el ahorro y rentabilidad económicas que se busca siempre que se instalan paneles solares en un inmueble, añadido al hecho de la concienciación contra el cambio climático que promueve también la extensión del autoconsumo solar en nuestro país.

Fuente: Redacción Ambientum



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