La biomasa implica, de algún modo, volver a la ancestral práctica de quemar leña. Si nos imaginamos un hogar echando humo puede costar pensar en la biomasa como una energía renovable, limpia y verde.

Sin embargo, la Unión Europea la considerada un combustible prácticamente neutro en cuanto a emisiones de CO2 puesto que las emisiones que emanan de su quema son reabsorbidas de nuevo mediante la fotosíntesis de plantas y árboles.

Pero, ¿es la biomasa una energía tan limpia y verde como dicen?

Un reciente artículo publicado en la revista científica Science (Are wood pellets a green fuel?) lo pone en entredicho.

El autor, William H. Schlesinger, sostiene que “cortar árboles es antiético debido al importante papel que los bosques juegan como sumidero de un CO2 que de otro modo se acumularía en la atmósfera”. Los expertos consultados distan de estar de acuerdo con esta premisa.

“La biomasa cuando es quemada emite CO2 pero es una fuente energética que la misma naturaleza va renovando de forma natural y, por tanto, el CO2 que se emite vuelve a ser captado por la misma fuente; nada que ver con los combustibles fósiles que emiten CO2 que lleva millones de años almacenado bajo tierra y que no es vuelto a captar”, explica Toni Campanyà, del Institut Català d’Energia.

En el artículo también se afirma que “los bosques bajo gestión almacenan menos carbono”. Según Teresa Andreu, del Institut de Recerca en Energia de Catalunya, todo depende de la gestión. “Con una correcta gestión forestal, los bosques crecen mejor, son más sanos y están más prevenidos ante posibles incendios”, asegura. Si bien es cierto que Andreu no está a favor de que “se planten árboles para su uso energético”.

¿Cómo se obtiene la biomasa?

La biomasa se obtiene tanto de subproductos de la industria forestal (que de otro modo serían un residuo) como de madera procedente de aprovechamientos forestales.

Además de la emisión de CO2 debido a la combustión, William H. Schlesinger advierte que la biomasa también emite CO2 en su manufactura y transporte, procesos que requieren del uso de energía. “Si se tienen en cuenta estos factores ninguna energía es 100% limpia. Lo importante es que el balance global de la biomasa en cuanto a emisiones de CO2 es neutro”, afirma Teresa Andreu.

Principales controversias

Una de las principales controversias de la biomasa y que el artículo de Sciencie no cita se produce cuando se quema madera tratada (con pinturas o barnices principalmente) u otros materiales. “Es necesario quemar combustible de calidad y en las condiciones adecuadas, no todo puede ser quemado”, alerta Adriano Raddi, del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya.

Finalmente, en su artículo William H. Schlesinger también asegura que la biomasa puede poner en peligro la biodiversidad. El autor teme que la pujanza del sector empuje a la plantación de árboles en detrimento de los bosques autóctonos, afectando a la variedad de flora y fauna. Catalunya está lejos de esta realidad puesto que la mayor parte de los bosques existentes están infraexplotados, con lo que no es necesario plantar árboles con fines energéticos.

Se estima que sólo se saca rendimiento de entre el 25% y el 30% de su capacidad productiva maderera. Es decir, se podría extraer hasta un 75% más de madera gracias a la capacidad de regeneración y crecimiento que tienen los bosques por sí solos. La mitad de la superficie de Catalunya es bosque y la cifra va en aumento debido al abandono de tierras agrícolas y zonas rurales. En este sentido, la biodiversidad está asegurada.

Fuente: La Vanguardia / LORENA FARRÀS PÉREZ,



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