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Septiembre de 2022 pasará a los anales del sector de la biomasa por ser un mes de récord de ventas. Algo que nunca antes se había visto ni entre productores de pellets, vendedores de madera ni entre aquellos que dedican su negocio a la venta de estufas y chimeneas.

«Las ventas empezaron a dispararse a finales de 2020 por efecto de la pandemia y en 2021 se vendió un 30% más debido sobre todo al precio de la luz. Este año se ha sumado la guerra de Ucrania y solo en los primeros meses del año ya se había superado el 30% de ventas», explica Carlos Oliván, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos.

Unos elevados costes de los combustibles y el miedo a una posible carestía están provocando este boom de ventas además de cierta especulación en los precios del pellet. Mientras el precio de la madera se mantiene más o menos estable, el del pellet en agosto estaba un 57% más caro que a finales de 2021(ahora cuesta unos 303,4 euros la tonelada frente a los 170 y 185 euros de 2021).

En el caso de la madera, «durante 2021, el kg de leña estaba en los 0,14-0,15 euros y ahora está en 0,17 o 0,18» dice Oliván. Hay que tener en cuenta que la astilla forestal y la leña son los biocombustibles sólidos más empleados para usos térmicos en nuestro país y que se consumen normalmente muy cerca de los puntos de producción; requieren menos energía para su procesado y manejo y en mucha parte del territorio la leña es gratis.

Pellets

Cada tipo de combustible, pellet o leña, tiene ventajas e inconvenientes. Una de las desventajas que tienen los pellets es precisamente la antes mencionada, que están sujetos a las fluctuaciones de precios porque son un sector industrializado… a mayor demanda, más caro.

Las sanciones a Rusia y Bielorrusia han supuesto que Europa haya dejado de recibir «entre 3.500.000 y 4.000.000 de toneladas de pellet. Se ha importado más de Canadá y EE UU y de España, entre mayo, junio y julio se ha exportado el doble que otros años. Los destinos principales han sido Francia, Bélgica o Italia, países a los que se han exportado hasta 300.000 toneladas de biomasa. El doble de lo normal», explica Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom).

Por contra, los pellets son cómodos de usar, limpios, los equipos están bastante automatizados, los puedes programar antes de llegar a casa y la alimentación es autónoma. También tienen buena densidad. «En un solo m3 puedes almacenar 700 kg de pellet. Además, se puede comprar en gasolineras o grandes superficies», puntualiza Díaz. La leña es más sucia, pero tiene algo de ritual que hace que quien la usa no renuncie a ella y su precio no varía tanto, lo que garantiza más independencia de suministro a pesar de los vaivenes del mercado.

Fraudes

Como en otros sectores cuando se encuentran en época de bonanza es fácil que aparezcan fraudes. Hace es casos días la Asociación Española de Empresas Productoras de Pellets volvía a hacer un llamamiento para que los usuarios se protejan antes posibles delincuentes. Una de las tácticas más habituales es la de ofertar pellets de madera de una calidad inferior bajos ellos de calidad reconocidos y en ocasiones suplantando a marcas certificadas.

Las mezclas con que se fabrican estos pellets pueden ser de lo más variado y se conocen casos en los que se han encontrado hasta restos deme tales. El organismo remite a los clientes a consultar la Hoja de ruta del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) para comprobar si una tienda online es segura o fraudulenta. «Sobre todo no hay que fiarse cuando el precio es muy barato», aconseja el presidente de Avebiom. En cualquier caso el ahorro está garantizado y puede bajar de los 300 euros que cuesta calentarse con gas natural a 50-100 con biomasa.

No solo los particulares. También las empresas están apostando por la biomasa en hornos, generadores de aires o quemadores industriales para cubrir sus necesidades. Según el Observatorio de la Biomasa para 2021, el parque de calderas de más de 50 kW situadas en industria y sector terciario, supera ya las 15.000 unidades. En estos aparatos se quema desde astilla de madera a pellet, pero también muchos residuos como huesos de aceituna o cáscaras de frutos secos de origen local.

District Heating

La biomasa no es solo interesante para quien tiene una chimenea en su casa unifamiliar. Cada vez está más presente en las ciudades como alternativa a las calefacciones de gas natural, butano y demás combustibles fósiles.

En España y en el sector residencial se calcula que todavía se utiliza un 41% de fuentes de energías no renovables, excluida la electricidad. «Es uno de los grandes paradigmas de uso de biomasa en Europa; su utilización en redes de calor. Permitiría descarbonizar la calefacción, sacando las chimeneas de las ciudades y llevando el calor a través de redes de tuberías», matiza Díaz. El uso de biomasa en vez de gasóleo para calentar viviendas contribuyó en 2021 a luchar contra el cambio climático «evitando la emisión de 824.000 las toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones de 550.000 vehículos», según datos de Avebiom.

Además de para calentarse, la biomasa se puede utilizar como fuente de energía renovable. Generar energía con biomasa no es solo hasta cinco veces más barato que hacerlo con gas, sino que contamina menos. Según un estudio realizado por la Universidad de New Hampshire y publicado en la revista Energy en 2017, los pellets pueden reducir a más de la mitad la emisión de gases de efecto invernadero, en comparación con los combustible s fósiles.

«Se consideran un combustible renovable, porque es cierto que emite CO2 durante la combustión, pero los restos de poda o leña si se dejan en el campo y se descomponen también emiten. La clave de la biomasa como combustible renovable es dejar crecer al bosque, qué es el que absorbe CO2. Si se renueva el recurso, la biomasa es neutra en carbono», dice Olvina.

Triplicar su producción de pellets

La revista de Avebiom afirma que la UE podría triplicar su producción de biomasa de manera sostenible para usos energéticos. «Hace 10 años ya se hablaba de la posibilidad de contar con plantas de producción de electricidad con biomasa, concretamente de 2.000 MW de potencia. A día de hoy todavía no llegamos ni a mil y calculamos que se pueden poner entre 2.500-3.000 MW más de potencia sin comprometer la demanda de biomasa, ni siquiera para aplicaciones térmicas.

Hay que tener en cuenta, además, que cada vez más se trabaja con residuos agrícolas de frutales y viñedos, que también se pueden utilizar para calor o electricidad. Se generan hasta tres millones de toneladas solo de biomasa agrícola. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha hay 600.000 hectáreas solo dedicadas a viñedo, que podrían generar hasta toneladas al año de biomasa. También es común el uso de paja de cereal para producir electricidad. Es el caso de Dinamarca o Suecia», explica el presidente de Avebiom.

La clave está en la gestión de los bosques. En España se calcula que la biomasa forestal aumenta en 46 millones de m3 cada año en la Península y de ella solo se aprovecha un 40%. «Argumentar que los bosques deben permanecer intactos es erróneo de partida, pues ignora el hecho de que las áreas forestales, que están sufriendo el cambio climático, necesitan un mantenimiento para evitar su colapso ecológico», considera André Faaij, catedrático y colaborador del IPCC en el último número de la revista de Avebiom. «Encontramos algunos ejemplos en Soria o Burgos, donde los montes están mancomunados. Se limpia el monte de leña y los restos se utilizan como leña muchas veces gratuita», matiza Olvina.

Ecodiseño que reduce la contaminación

No hay censos oficiales, pero se calcula que en España hay de dos a cuatro millones de estufas y chimeneas. Las más antiguas y tradicionales, las chimeneas abiertas son las más contaminantes y las menos eficientes. Su eficiencia energética se sitúa entre un 15% y 20%, mientras que los equipos modernos alcanzan hasta un 85% de eficiencia energética si queman leña, más de un 90% si usan pellets.

Además, «desde enero de 2022 existe una nueva normativa de ecodiseño en la Unión Europea que ha mejorado los estándares de calidad del aire. Es más exigente con la combustión de los equipos. Gracias al ecodiseño se puede reducir hasta 10 veces las emisiones de monóxido de carbono de los equipos», explican desde la Asociación de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos.

Fuente: EVA MARTÍNEZ RULL / LA RAZÓN

Artículo de referencia: https://www.larazon.es/medio-ambiente/20220930/j2hkag47vbdytpisuw4xjr26da.html



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