El aceite industrial usado se genera en talleres mecánicos cuando cambiamos el aceite al coche, pero también en múltiples actividades industriales donde hay maquinaria que necesita lubricación para su funcionamiento. Los aceites industriales se obtienen a través del refinado del petróleo al que se incorporan aditivos químicos para mejorar sus propiedades.

Durante su uso, estos lubricantes se degradan generando sustancias tóxicas y metales pesados debido a la exposición a altas presiones y  temperaturas. Por ello, el residuo que se origina es potencialmente peligroso, representando una amenaza tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas si no se gestiona adecuadamente.

El problema se agrava debido a su baja biodegradabilidad. Un solo litro de aceite usado puede contaminar hasta 1 millón de litros de agua, y sus componentes nocivos pueden perdurar en el entorno acuático entre 10 y 15 años. En la tierra, el vertido de aceite usado perjudica tanto al suelo como a las aguas superficiales y subterráneas.

En España, el Real Decreto 679/2006, de 2 de junio, regula la gestión de los aceites industriales usados. Para cumplir con las obligaciones de esta normativa, hace 16 años nació SIGAUS, un sistema colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), mediante el que los fabricantes e importadores de lubricantes adheridos al Sistema financian la recogida y el reciclaje de los aceites industriales usados resultantes de sus productos.

Cada año, SIGAUS se encarga de recoger unas 160.000 toneladas brutas de aceites usados en todo el territorio nacional. Esta cantidad es 100% valorizada y destinada a distintos tratamientos para la obtención de nuevos productos.

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Aceite industrial usado: De residuo a recurso

SIGAUS cuenta con 162 empresas gestoras para la recogida, transporte, almacenamiento, análisis y tratamiento final del residuo, con las que dispone de una red de 203 instalaciones operativas de gestión.

El tratamiento prioritario desde el punto de vista ambiental es la regeneración, por la que el aceite usado se convierte en bases lubricantes con las que se fabrican nuevos aceites industriales. El 79% del aceite usado gestionado por SIGAUS se regenera. Este proceso permite reducir el consumo de petróleo: con 3 litros de aceite usado regenerado se obtienen 2 litros de aceite nuevo, mientras que para obtener la misma cantidad de aceite a partir del primer refino del petróleo se necesitan cerca de 140 litros.

Gracias a la regeneración, anualmente se devuelven al mercado unas 65.000 t de nuevos lubricantes a partir del aceite usado, lo que supone un ahorro de unos 30 millones de barriles de petróleo, la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero y un mayor ahorro energético.

El 21% del aceite usado restante se somete a un tratamiento denominado valorización energética, con el que se obtiene un combustible similar al fuel óleo que se usa en instalaciones que requieren gran potencia calorífica, como hornos industriales de papeleras, cementeras, etc.

Desde su creación en 2007 SIGAUS ha tratado más de 2,2 millones de toneladas de aceites usados y se ha evitado la emisión a la atmósfera de más de un millón de toneladas de CO2 gracias al tratamiento del residuo mediante su regeneración. Su labor es un excelente ejemplo de Economía Circular, y de cómo de un residuo peligroso se pueden obtener recursos valiosos para la fabricación de nuevas materias primas o energía.

Fuentes: Redacción Ambientum, SIGAUS



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