El agujero de la capa de ozono en 2008 es mayor en tamaño y en pérdida de volumen de ozono que en 2007, pero no tanto como en 2006, según informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

Así, de acuerdo a los registros de la institución espacial, la pérdida de ozono, una capa de protección de la atmósfera que se extiende a 25 kilómetros de altitud y que actúa como un filtro solar preservando la vida en la Tierra de los dañinos rayos ultravioletas, puede incrementar el riesgo de cáncer de piel y de cataratas en la vista, y además perjudicar a la vida marina.

Durante este año, en la zona más fina de la capa de ozono que se extiende en el Polo Sur se alcanzó la extensión de 27 millones de kilómetros cuadrados, mientras que en 2007 ese agujero fue de 25 kilómetros cuadrados y en 2006 se registró el récord de 29 kilómetros cuadrados de extensión, lo que equivale al tamaño de América del Norte.

El agotamiento del ozono está causado por las temperaturas extremadamente frías a altitudes altas y por la presencia de gases destructores de ozono en la atmósfera, tales como el cloro y el bromo, originados por productos que contienen clorofluorcabonos (CFCs), que fueron retirados paulatinamente, a partir del Protocolo de Montreal de 1987, pero que aún persisten en la atmósfera.

Dependiendo de las condiciones meteorológicas el tamaño del agujero de ozono del Antártico varía a lo largo del año. Así, el miembro del Centro Aeroespacial Germano, Julian Meyer Arnek explica que para «detectar las señales de recuperación» se realiza una monitorización continua de la capa de ozono global y en particular la del océano Antártico, cuyo «agujero en la capa de ozono es crucial».



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