El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles por 389 votos a favor, 239 en contra y 41 abstenciones, elevar los requisitos de reducción de emisiones para los coches nuevos y furgonetas.

La votación es el primer paso para disminuir el dióxido de carbono (CO2) de estos vehículos, y deberá ser refrendada todavía por los Estados miembros y la Comisión Europea, que podrían rebajar la ambición de la iniciativa.

Concretamente, la Eurocámara ha dado el visto bueno a que en 2025 las emisiones de CO2 sean un 20% inferiores que en 2021. Para 2030, ese recorte de gases debe situarse en el 40%.

Los objetivos superan los propuestos por la Comisión, que era partidaria de un recorte más progresivo, del 30% en 2030, para que la industria cuente con tiempo suficiente para adaptarse.

Descarbonización

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, se han reducido en el sector eléctrico de la Unión Europea desde 1990. Y seguirán disminuyendo gracias a las diferentes políticas puestas en marcha por la UE para promocionar las energías renovables y penalizar las tecnologías más contaminantes como el carbón.

Pero el transporte por carretera sigue siendo el alumno rezagado en la lucha contra el cambio climático en Europa. «El transporte es el único sector importante de la Unión en el que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando», señala el Parlamento Europeo, mucho más ambicioso que la Comisión en la lucha contra el CO2 de los vehículos particulares.

Esa es la posición con la que el Parlamento negociará con la Comisión Europea y los Gobiernos de los Veintiocho a partir de ahora. Y de esas discusiones tendrá que salir la nueva directiva que marcará el camino de la descarbonización del transporte en la próxima década.

Hay que ser ambiciosos

«En este asunto debemos ser ambiciosos», ha dicho la eurodiputada socialdemócrata maltesa Miriam Dalli, ponente del texto aprobado este miércoles. «Se deben establecer los incentivos adecuados para los fabricantes, fomentar la inversión en infraestructura y proponer una transición justa para los trabajadores», ha añadido.

La meta del 40% es ligeramente inferior a la postura aprobada hace un mes por la comisión de Medioambiente del Parlamento, que se pronunció a favor de elevar el recorte al 45%.

Pero sigue siendo lo suficientemente elevada como para despertar suspicacias en la industria automovilística, partidaria del calendario de la Comisión.

«Pedimos a los colegisladores que no vayan más allá de la propuesta original. Cualquier objetivo por encima del 30% expone a nuestra industria a un riesgo concreto de interrupción», ha lamentado Roberto Vavassori, presidente de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA por sus siglas en inglés).

En el acuerdo aprobado este miércoles también se establece que las compañías estarán obligadas a garantizar que los vehículos menos contaminantes -los eléctricos y aquellos que emiten menos de 50 gramos de CO2 por kilómetro- supongan un un 20% de los coches y furgonetas nuevos en 2025 y un 35% en 2030.

El dilema del empleo

Las entidades de perfil ecologista han mostrado su satisfacción. «Damos la bienvenida a esta votación como un paso crucial hacia un aire más limpio, menos importaciones de petróleo y más puestos de trabajo», ha aplaudido la organización Transport & Environment.

La referencia a los puestos de trabajo no es gratuita. Tanto Bruselas como los fabricantes europeos han lanzado varias advertencias del teórico impacto para el empleo que supondría fijar límites demasiado estrictos.

«En el período previo a esta votación, la industria automovilística y la Comisión Europea han ejercido una presión sin precedentes en un intento de debilitar aún más la posición del Parlamento», ha criticado el grupo de Los Verdes en la Eurocámara, que ha aplaudido la posición adoptada por los parlamentarios.

«Llamo al Gobierno español y a la ministra Teresa Ribera a estar del lado del Parlamento Europeo. Es una excelente oportunidad para poner en marcha la tan deseada transición ecológica», ha instado el europarlamentario ecologista Florent Marcellesi.

40% de recorte de emisiones

La eurodiputada Miriam Dalli también se ha referido al empleo en la conferencia de prensa posterior a la votación en el Parlamento. Ha recordado que los informes de la Comisión apuntan a que la meta del 40% de recorte de emisiones en 2030 supondrá crear «69.000 empleos si se siguen importando las baterías del exterior de la UE».

Pero esa cifra se elevará hasta los 92.000 nuevos empleos si la producción de baterías -que ahora domina China- se traslada a Europa. «Hay que embarcarse en esa estrategia a largo plazo», ha añadido la europarlamentaria.

Dalli no ha negado un posible impacto negativo en la industria. Ha recordado que en los próximos 12 años la reducción del 40% de las emisiones supondrá, según los mismos informes de la Comisión, una pérdida de 12.000 empleos en el sector de la automoción.

Fuente: EL PAÍS / MANUEL PLANELLES / ÁLVARO SÁNCHEZ,

Artículo de referencia: https://elpais.com/sociedad/2018/10/03/actualidad/1538564269_588889.html,



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