Oslo, la capital de Noruega, estrena 2019 como Capital Verde Europea. Un honor concedido anualmente por la Comisión Europea a aquella ciudad que haya alcanzado altos estándares ambientales, que tenga un compromiso con objetivos de mejora ambiental y desarrollo sostenible. Además, se premia que pueda servir de inspiración a otras ciudades de Europa. Vitoria lo fue en 2012.

Aunque las ciudades ocupan solamente el 3% de la superficie terrestre, su actividad genera el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según datos de la ONU. La lucha contra el cambio climático tiene aquí su frente de batalla. Las políticas que ha desarrollado Oslo en este sentido han llevado a la ciudad a convertirse en un referente.

La Capital Verde Europea 2019 propone una ciudad de barrios sostenibles, calles sin coches y restaurantes ecológicos. El rápido crecimiento de Oslo ha venido acompañado de proyectos de edificación que siguen principios de sostenibilidad.

Por ejemplo, el nuevo barrio de Vulkan, situado en una antigua zona industrial junto al río Akerselva, constituye un ejemplo de planificación urbana gracias a una central de energía local con pozos geotérmicos, edificios con calefacción solar y hoteles que reciclan del sistema de refrigeración y los ascensores.

Los nuevos edificios emblemáticos del centro de la ciudad (el Museo Munch, la Biblioteca Deichman y el Museo Nacional) se han construido de la manera más sostenible.

El desarrollo urbano sostenible también afecta a la naturaleza. Cuando se construyó el área de Tjuvholmen, junto al fiordo de Oslo, se instalaron arrecifes artificiales submarinos con refugios para peces y mariscos. En Sørenga, donde cruzaba un puente con mucho tráfico, ahora hay un parque de atracciones y una zona al aire libre.

Sin coches

Gracias a la campaña «Una ciudad sin coches», el ayuntamiento ha eliminado los espacios destinados al aparcamiento y limitado el tráfico. El antiguo parquímetro en Akershus Fortress ha sido transformado en un altavoz wifi que permite reproducir música en este nuevo espacio libre.

Se ha incentivado además el uso de bicicletas y ampliado la red de transporte público. Oslo tiene previsto cerrar el centro al tráfico a finales de 2019.

La capital noruega también incentiva el uso de coches eléctricos pues proporciona recarga por toda la ciudad. Y premia su utilización con aparcamiento gratuito y reducción de impuestos. Noruega es el país con mayor número de vehículos eléctricos per cápita del mundo.

Modelo de política de reciclaje, en toda Noruega la basura en una fundamental fuente de energía. Ahora tienen que adquirirla a otros países para continuar alimentando centrales eléctricas.

El impulso de políticos y promotores urbanísticos cuenta también con el apoyo de pequeños proyectos, que se suman al empeño de lograr una ciudad sostenible. Andreas Capjon se ha convertido en el primer agricultor urbano de Oslo gracias a Losæter, un gran huerto localizado en las proximidades de la estación central. En verano organiza cenas comunitarias.

El único requisito para participar en ellas es que los asistentes recolecten las verduras necesarias para la fiesta. Un poco más al este se sitúa el llamado «barrio agrícola». Entre los restaurantes destaca el Maaemo, que sirve platos preparados con materia prima ecológica e ingredientes naturales.

Fuente: D. Moreno / ABC,

Artículo de referencia: https://www.abc.es/natural/vivirenverde/abci-oslo-capital-verde-europea-2019-201901231040_noticia.html,



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