FUENTE: FREEPIK

Un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que la población española se ha ido adaptando poco a poco a las temperaturas extremas, tanto frías como calurosas. Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Environmental Health, detallan que el equipo de investigadores del CSIC han analizado todos los datos de más de 14 millones de muertes que se han producido durante los últimos 40 años.

Las temperaturas registradas en España durante el pasado año 2022 le sitúan como el año más cálido y uno de los más secos de la serie histórica desde que se tienen registros, convirtiéndose en el año más cálido en más de un siglo. Por primera vez desde que se tienen registros, dos estaciones consecutivas dentro de un mismo año -verano y otoño- fueron las más cálidas de la serie histórica. La temperatura media anual se situó por encima de los 15 ºC, superando a los años más cálidos hasta la fecha, el año 2017 y el año 2020.

España, uno de los países más afectados por el aumento de las temperaturas

Desde el año 1960, España ha aumentado un 50% su población. Desde esa fecha y hasta el día de hoy, España ha experimentado un calentamiento global muy significativo. Concretamente, el 70% de la población se encuentra en zonas que se han llegado a calentar hasta 1´5 ºC con respecto a la media. Incluso hay algunas zonas de la geografía española que han llegado a calentarse más de 2 ºC y más de 3 ºC.

Dariya Ordanovich, investigadora del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, ha explicado el caso de España:

España es uno de los países más afectados por el aumento de las temperaturas y las olas de calor dentro de la región Mediterránea. Dariya Ordanovich

Además, añade que las personas tienen la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas:

Con el paso del tiempo, las personas tienden a adaptarse a las nuevas condiciones, sean desfavorables o propicias. Sin embargo, valorar adecuadamente la adaptación a las temperaturas no óptimas en la población es complicado, ya que requiere de la evaluación conjunta de varios indicadores epidemiológicos.Dariya Ordanovich
FUENTE: WIKIMEDIA COMMONS

Reducción de la mortalidad por frío

Los datos del estudio nos muestran que, desde el año 1989, la mortalidad por frío experimentó una reducción significativa de casi tres veces, mientras que el riesgo de mortalidad por calor presentó un descenso mucho menor que solo se contempla al final del período de observación.

Al mismo tiempo, la temperatura de mínima mortalidad, cuyo riesgo de fallecimiento es inferior, se redujo hasta la década más reciente, entre 2009 y 2018, cuando el umbral de temperatura óptima aumentó casi 2°C en España. Además, encontramos una diferencia de género, ya que el riesgo de mortalidad por calor extremo afecta casi el doble a las mujeres que a los hombres dentro del periodo estudiado.

Aurelio Tobías, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), comenta lo siguiente respecto a esta situación:

Podríamos considerar que la adaptación a las temperaturas no óptimas en España se ha venido produciendo progresivamente con el paso del tiempo. Primero, desde el año 1989 para el frío y, 20 años más tarde, desde el año 2009, para el calor.Aurelio Tobías

A pesar de esta adaptación, añade que:

Sigue existiendo un riesgo considerable del calor extremo para la salud, tal y como se ha visto durante el verano de 2022.Aurelio Tobías

Desarrollar una estrategia de adaptación al cambio climático

Diego Ramiro, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, ha afirmado que España debe continuar desarrollando una estrategia de adaptación al cambio climático:

El incremento de temperatura y las mayores medidas de protección y adaptación han hecho que la mortalidad relacionada con olas de frío sea la que más se ha reducido.Diego Ramiro

Y añade que las personas mayores tendrán menos protección frente a las bajas temperaturas:

En el contexto actual, de inflación y donde el coste de la energía es más elevado, puede conllevar, que, en períodos de frío más intenso, la población más vulnerable, como, por ejemplo, las personas mayores, vean limitadas sus posibilidades de protección contra las bajas temperaturas y eso produzca un incremento de problemas de salud en esta población. Pero esto es algo que solo podremos analizar en detalle en los próximos meses, cuando los datos se encuentren disponibles.Diego Ramiro

Fuentes: Redacción Ambientum, CSIC



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