Por primera vez, las organizaciones internacionales designan un año internacional de los bosques. Enrique Rojas remarcó que con esta iniciativa “se pretende aumentar la atención social sobre los problemas forestales para que se les dé prioridad política”. Además, el bosque ocupa entre el 30 y el 50% de superficie y en muchos países es el primer uso del suelo.

La FAO cuenta con tres ejes de actuación para lograrlo, centrados en la intervención de entidades relacionadas con los bosques, herramientas de comunicación e incentivos internacionales.

Informe sobre la situación de los bosques del mundo

Este informe, estructurado por continentes, recoge la evolución de la superficie forestal mundial. En términos globales, la superficie deforestada en el planeta ha pasado de 8,3 millones de hectáreas al año en la década de los 90 a 5,2 en los últimos 10 años. Es destacable el esfuerzo de países como Brasil, que de 2,9 hectáreas deforestadas por año ha pasado a 2,2.

Uno de los problemas a los que se enfrenta la FAO es la divergencia de métodos de cálculo y la escasa fiabilidad de los datos aportados por algunos países. Es el caso concreto de Australia, que suministra únicamente información por satélite y no lleva a cabo trabajo de campo debido a su extensión. Según Rojas, la FAO “cuenta con un punto focal en cada estado y se hacen seminarios en cada una de las regiones. Se armonizan metodologías para responder a las diferentes situaciones y se crea con ello la capacidad necesaria para llevarlo a cabo”. El subdirector de la FAO también anunció que “a finales de año se dispondrá de una información primaria de la evolución, desde los años 80, de la cubierta forestal  por continentes a través de seguimiento de imágenes de satélite”.

Rojas destacó el esfuerzo de China en contraposición a India. Ambos países están sometidos a una elevada presión demográfica pero han respondido de manera muy diferente ante la gestión forestal. mientras que en China se ha conseguido una disminución notable del territorio deforestado anualmente, en India el problema se agudiza conforme evoluciona hacia una economía emergente.

También se trató de la especial situación que atraviesan los países menos desarrollados, remarcando el momento por el que pasa América Latina. “En general hay una correlación en la que la mejora económica, si va acompañada de una mejora social y el refuerzo del estado, conlleva a la postre una reducción de la deforestación. Incluso una oportunidades para revertirla y para recuperar bosque”, declaró Enrique Rojas. "Todo aquello que refuerza la emergencia económica y el paso a sociedades más industrializadas siempre reduce la presión sobre los bosques, que son las tierras que se ocupan en caso de necesidad”, destacó.

Por último, el subdirector de la FAO habló de las herramientas para el desarrollo que la organización está desarrollando internacionalmente. Es el caso de REDD+, un sistema de incentivos para países tropicales por reducción de deforestación que se está poniendo en marcha con muy buena acogida por parte de los países receptores.

Situación en España

Aunque el ámbito de actuación de la FAO son principalmente los países en vías de desarrollo, Rojas hizo una mención a la situación en España, destacando que la superficie forestal ha aumentado un 50% desde 1970 hasta ahora, lo que implica que de el bosque pasa de ocupar 12 millones de hectáreas a 18. Según Rojas, este incremento se debe “al hundimiento del medio rural, más que a políticas forestales efectivas. El abandono de la agricultura ha causado la expansión natural de los bosques". 

Además, habló de cómo influye la crisis en la gestión forestal. Afirmó que “está afectando a las dotaciones presupuestarias que pueden aportar las administraciones tanto estatales como autonómicas. Los presupuestos se reducen prácticamente a elementos de contingencia como puede ser los incendios forestales y se desarrollan menos políticas activas. De hecho, en la Ley de Economía Sostenible aparecían iniciativas interesantes que no salieron adelante a causa de las restricciones financieras actuales”.

Rojas hizo un inciso en el avance descontrolado del bosque, que puede acentuar el aumento de los incendios en los próximos años. Según sus declaraciones, son necesarias más políticas de gestión forestal sostenible que prevengan futuros problemas que medidas contra esas mismas amenazas.



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