El pasado 5 de junio, el entonces Gobierno en funciones de Extremadura, publicó la modificación de los planes de recuperación del águila imperial y de conservación del buitre negro y del águila perdicera; pese a la oposición de los grupos conservacionistas en el Consejo Asesor de Medio Ambiente y sin haber considerado ni una sola de las numerosas alegaciones presentadas contra las modificaciones introducidas.

Los periodos críticos se redujeron para todas las especies una media de 30 días con respecto a los previamente marcados por los planes anteriores. Estos periodos vienen determinados por las fechas de reproducción de las diferentes especies, existiendo varios manuales de gestión y de conservación del águila imperial o del buitre negro, editados por el Ministerio de Medio Ambiente, que establecen claramente cuáles deben ser estos periodos para una correcta protección de las especies.

Sin embargo, el Gobierno en funciones de Extremadura ignoró estas recomendaciones, redujo los periodos en general para todas las especies y en el caso de actividades cinegéticas, estableció periodos de limitación aún más cortos, incluso eliminando cualquier limitación para determinadas modalidades de caza, lo que evidencia el tratamiento especial que se hizo para este sector, en detrimento de la protección de las especies amenazadas y en contra de todas las recomendaciones publicadas por el Ministerio de Medio Ambiente. Un trato de favor al sector cinegético que resulta incomprensible, teniendo en cuenta que disponen de periodos hábiles de caza suficientes para no interferir en los momentos sensibles de estas especies.

Pero además, las áreas sensibles definidas en torno a los nidos también pasaron a ser muy inferiores en Extremadura con respecto a lo establecido a nivel nacional en las estrategias y manuales de conservación del águila imperial, buitre negro y águila perdicera. Así por ejemplo, si para el águila imperial el Ministerio de Medio Ambiente recomienda un área sensible de un radio entre 500 y 800 metros en torno a los nidos, el plan extremeño ahora modificado establece que el área sensible será de un diámetro de 500 metros en torno al nido, es decir, un radio de sólo 250 metros, apenas la mitad en el mejor de los casos.

Una justificación esgrimida por el entonces Gobierno en funciones de Extremadura para estas reducciones de protección es que se trata de especies para las que se está registrando un crecimiento de la población en los últimos años. Sin embargo, en realidad las tendencias positivas son muy pequeñas y han aparecido sólo tras décadas de esfuerzos de conservación. Además, en algunos casos no se deben a incrementos de la población reales, sino a la detección de más aves gracias a la realización de censos más eficaces.

SEO/BirdLife se opone firmemente a esta modificación de los planes de conservación y recuperación de especies amenazadas en Extremadura. El Gobierno extremeño recibió en su día toda  la información disponible sobre estudios científicos, manuales de gestión y conservación editados y recomendaciones en contra de estas modificaciones a la baja de periodos sensibles y zonas críticas. Ante la falta de consideración a éstas alegaciones se ejercerán las acciones oportunas para la paralización de estos planes o su modificación.

La primera medida que se va a tomar es pedir al nuevo Gobierno de la Comunidad Autónoma de Extremadura que modifique estos planes de especies, eliminando las reducciones de periodos sensibles y áreas críticas, de manera que se evite un retroceso en la conservación de las águilas y buitres amenazados de Extremadura.



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