Debido a la presencia significativa de metano en el área, un elemento que limita las condiciones de supervivencia no cabía esperar que se encontrase tal cantidad de vida en las aguas del Golfo de Cádiz. 

Gracias al proyecto LIFE+ INDEMARES, coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se ha descubierto que, lejos de lo esperado, existen ambientes extremos y biosintéticos en los que existe una gran biodiversidad hasta ahora desconocida.

En los fondos profundos del Golfo de Cádiz, entre los 800 y los 1200 metros, se producen emanaciones de fluidos a bajas temperaturas saturados en metano, que construyen los llamados volcanes de fango, que albergan una gran diversidad de relieves y hábitats de extraordinario interés ecológico.

Por todo lo analizado, parece incuestionable la singularidad natural y ambiental de la zona de expulsión de fluidos saturados en gas metano, que se caracteriza por la abundante presencia de volcanes de fango. 

Dicha singularidad reside en el hecho de acoger estructuras geomorfológicas que son poco usuales (los pockmarks y los volcanes de fango), y contar con la presencia de especies raras (como son los moluscos y poliquetos ligados a las emisiones de fluidos), así como por el hecho muy destacable de disponer de hábitats constituidos por corales de aguas frías, de gran importancia ecológica. 

Para los ciclos de vida de diferentes especies, la relevancia de los hábitats identificados y catalogados es manifiesta, ya que un gran número de especies comerciales presentan poblaciones importantes con reclutamiento en diferentes zonas del campo de volcanes  de fango, como la cigala y la merluza.

El golfo de Cádiz se encuentra en el corredor migratorio entre el Atlántico y el Mediterráneo, constituyendo una zona de paso casi obligada para muchas especies y siendo un área relevante para distintos grupos faunísticos como son los cetáceos, tortugas y aves marinas.

La fauna vinculada a los volcanes de fango y a los fondos adyacentes incluye una veintena de especies que están incluidas en listados de conservación nacional e internacional, como el Catálogo Español de Especies Amenazadas o en el Convenio OSPAR. 

La presencia de especies  de lento crecimiento y alta fragilidad, que además construyen hábitats, como son los corales de aguas frías, los corales negros o los corales bambú, justifican por sí mismas la importancia ecológica y natural de la zona.

De esta forma, con la propuesta de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) a nivel europeo queda protegida, gracias a los resultados del proyecto LIFE+ INDEMARES, una superficie de más de 310.000 hectáreas de alto valor ecológico.



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