Más de 1.300 especies de aves están consideradas como globalmente amenazadas (CR, EN y VU) a nivel mundial, según se desprende de la Lista Roja publicada en 2015. 

De estas, 218 están “en peligro crítico” (CR) y se enfrentan a un riesgo extremadamente alto de extinción en el futuro inmediato; 416 “en peligro” (EN), y 741 “vulnerables” (VU). Lo que supone un récord de aves globalmente amenazadas desde que existe la Lista Roja de las Aves de la UICN.

En 2015 han aumentado de categoría 40 especies más, que pasan a estar incluidas en las categorías más altas de amenaza (CR, EN y VU), 7 de ellas nuevas “en peligro crítico”. A estas hay que unir que 971 especies que están “casi amenazadas” (NT) y 7.872 como “con preocupación menor” (LC). En total 10.218 especies de aves están recogidas en la Lista Roja en alguna de sus categorías

Afortunadamente, 23 especies han mejorado su estado de conservación y han pasado a categorías de conservación que indican su menor riesgo de amenaza. En algunos casos esto refleja una mayor comprensión y una imagen más precisa de su estado de conservación, pero en otros casos la recuperación de las poblaciones de algunas de estas especies es el resultado del éxito de actuaciones de conservación. Algunos ejemplos son la curruca de Seychelles (Acrocephalus sechellensis), el petrel de Chatham (Pterodroma axillaris) o la gaviota de Audouin (Larus audouinii) en España, que han visto como sus poblaciones aumentaban notablemente.

El caso español

En el ámbito de España, 11 especies de la Lista Roja han empeorado su estado de conservación a nivel mundial, pasando a categorías de mayor amenaza. Destacan por su nivel de amenaza, la tórtola europea (Streptopelia turtur), declarada Ave del Año 2015 por SEO/BirdLife y el porrón europeo (Aythya ferina), ambas especies cinegéticas en España, y que pasan de estar en la categoría “preocupación menor” (LC) a “vulnerable” (VU). En el caso de la tórtola europea, visitante estival habitual en gran parte de Eurasia occidental y norte de África, su población ha disminuido más de un 30% en los últimos 16 años, debido principalmente a la modificación y pérdida de hábitats y a la excesiva presión cinegética. Otras nueve especies han pasado de “preocupación menor” a estar consideradas “cerca de la amenaza” (NT), con lo que empeoran sensiblemente.

En el caso de otras dos especies que habitan en España, la situación a nivel mundial ha mejorado y han bajado de categoría, pasando de estar “cerca de la amenaza” (NT) a “preocupación menor” (LC). Se trata de la gaviota de Audouin y de la carraca europea (Coracias garrulus). En el primer caso ha habido un importante aumento de las poblaciones de esta gaviota a lo largo de los últimos años, pasando de 1.000 parejas en 1975 hasta llegar a las 20.000 parejas en el Mediterráneo occidental, después de la protección de sus colonias de cría en el delta del Ebro (Tarragona). Sin embargo, el caso de la carraca europea es diferente, ya que aunque a nivel mundial parece que sus poblaciones se están recuperando, en España continúa su declive poblacional.

Para Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, “es importante continuar con las acciones de conservación y con el esfuerzo conjunto para reducir o eliminar las amenazas que están agravando el estado de conservación de nuestras poblaciones de aves, de manera que seamos capaces de revertir la grave situación de amenaza de las especies que se encuentran en las categorías con mayor riesgo de extinción de la Lista Roja”.

Los buitres ibéricos

Para las cuatro especies de aves necrófagas que habitan en nuestro territorio, la situación a nivel mundial tampoco pasa por su mejor momento, ya que el alimoche (Neophron percnopterus) se encuentra gravemente amenazado con la categoría de “en peligro” (EN), el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y el buitre negro (Aegypius monachus) con la categoría de “casi amenazado” (NT), y el buitre leonado (Gyps fulvus) que está catalogada como con “preocupación menor” (LC) a nivel mundial. Sobre estas cuatro especies se ciernen algunos problemas de conservación similares a los de los buitres africanos y otros más propios de las poblaciones de carroñeras euroasiáticas. Por una parte, la escasez de carroña está provocando la falta de alimento para algunas poblaciones peninsulares y por otra parte los envenenamientos o el uso de medicamentos para el tratamiento de enfermedades en ganado doméstico (diclofenaco), están provocando graves mortandades de buitres en Asia y puntualmente en Europa.

Buitres africanos hacia la extinción

En en el caso de África la situación es realmente dramática para los grandes buitres, que se enfrentan a un futuro incierto. De acuerdo con la última evaluación de su estado de conservación realizada por BirdLife International para la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), seis de las once especies del continente africano se enfrentan a un peligro real de extinción y han sido catalogadas con la categoría más alta de amenaza, “en peligro crítico”.

Los principales peligros a los que se enfrentan las especies africanas de buitres y que han hecho que sus poblaciones sufran un declive demográfico sin precedentes, derivan de la mortalidad provocada por las intoxicaciones indiscriminadas de fauna silvestre con cebos envenenados. Un gran número de buitres se sienten atraídos por estos cadáveres envenenados, produciéndose grandes mortandades de aves. Por otra parte, el uso de partes de los cuerpos de los buitres para su uso en medicinas tradicionales o la muerte a causa de los disparos por parte de los cazadores furtivos para evitar que la presencia de buitres alerte a las autoridades de la masacre de grandes mamíferos africanos, son otras de las dos causas probables del declive de estas aves carroñeras.

En palabras de Julius Arinaitwe, director del Programa de BirdLife International para África: “Además del hecho dramático de robar a los cielos africanos de uno de sus grupos más emblemáticos y espectaculares de las aves, la rápida disminución de buitres del continente tiene profundas consecuencias para su gente, ya que estas aves contribuyen a frenar la propagación de enfermedades mediante la eliminación de los cadáveres en descomposición”.

“A pesar de la magnitud de este preocupante declive poblacional, del que ahora estamos tomando conciencia, todavía hay tiempo para actuar y que los conservacionistas trabajen con los legisladores, las agencias gubernamentales y las comunidades y organizaciones religiosas locales, para asegurar la supervivencia de estas magníficas carroñeras”, señala Arinaitwe.

La Lista Roja es la fuente de información más completa del mundo sobre el estado de conservación de las especies vegetales y animales del planeta, y BirdLife International es la organización encargada de aportar la información referente al grupo de las aves con la ayuda de todos los socios que a nivel mundial forman parte de la esta gran coalición de 121 organizaciones. En el caso de España, SEO/BirdLife aporta la información sobre el estado de las poblaciones de aves silvestres que habitan en el territorio español, informando a BirdLife de su estatus poblacional y amenazas. 



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