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Instamos a todos los Estados que pescan atún y similares a implementar de manera urgente medidas como ampliar observadores en todos los barcos de pesca industrial para 2030 y planes de recuperación para el 2026 para todos los tiburones y rayas, 2023 en el caso de las que están críticamente amenazadas.

Las poblaciones mundiales de tiburones y rayas de alta mar han disminuido un 71% desde la década de 1970, según un estudio reciente. El motivo es el aumento de la presión por la actividad de pesca, 18 veces mayor de lo que lo era entonces. Como consecuencia, la mitad de las 31 especies de tiburones y rayas oceánicas están ahora en peligro crítico de extinción o en peligro de extinción, según la Lista Roja de la UICN.

En respuesta, pedimos a las partes contratantes de las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesqueras (OROP) que tomen acciones urgentes y específicas para prevenir extinciones ecológicas y permitir la recuperación de estas especies, peligrosamente reducidas, pero vitales en el ecosistema.

Tiburones y rayas

Se pescan hasta 100 millones de tiburones anualmente, con poblaciones de algunas especies reducidas en más del 95% como resultado de la sobrepesca. Las partes contratantes de las OROP de especies atuneras tienen un papel decisivo en la protección de la salud de las poblaciones oceánicas de tiburones y rayas.

Estos Estados, como miembros de la ONU y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y parte del CDB y de la CITES, están sujetos a los marcos globales sobre desarrollo sostenible, pesca, biodiversidad y comercio internacional.

Sin embargo, estos compromisos globales no se están cumpliendo: ni la Meta 6 de Aichi del CDB ni el ODS 14.4 de la ONU se lograron para 2020. Las medidas de conservación y gestión existentes para los tiburones y rayas oceánicas no son suficientes para frenar la sobreexplotación de sus poblaciones.

Las OROP de atún y los Estados que las conforman, continúan fallando a los tiburones y a las rayas oceánicas. Durante demasiado tiempo han sido contemplativas en la gestión de esas especies, cada vez más amenazadas, al no prestar suficiente atención a las tendencias en las poblaciones y al fallar en la regulación de sus capturas hasta que las poblaciones empezaron a caer en picado.

Necesitamos una reforma completa de la forma en que gestionan estas poblaciones, empezando por la recuperación de las más amenazadas y la restauración de sus funciones en el ecosistema.

Revertir esta crisis

Para prevenir la extinción ecológica a corto plazo de tiburones pelágicos y rayas y recuperar sus poblaciones progresivamente, hacemos un llamamiento a las partes contratantes de las cuatro principales OROP de atún para implementar urgentemente un conjunto de medidas basadas en criterios científicos como aumentar la cobertura de observadores pesqueros independientes en todas las embarcaciones industriales para 2030 o Implementar a nivel mundial planes de recuperación para todas las especies de tiburones y rayas oceánicas en peligro crítico de extinción antes de 2023 y para las especies en peligro de extinción antes 2026.

Además, pedimos a las OROP atuneras que realicen dictámenes de extracción no perjudicial (NDF en inglés) de la CITES para cualquier especie incluida en el Apéndice II que se plantee pescar y comercializar por parte de las las partes contratantes de forma legal y sostenible.

Medidas para evitar la extinción de tiburones y rayas

  1. Aumentar la cobertura de observadores pesqueros independientes en todas las embarcaciones industriales para 2030 (hasta alcanzar el 100%).
  2. Implementar a nivel mundial planes de recuperación para todas las especies de tiburones y rayas oceánicas en peligro crítico de extinción antes de 2023 y para las especies en peligro de extinción antes 2026.
  3. Desarrollar planes para minimizar la interacción entre las artes de pesca y las poblaciones de tiburones y rayas, e introducir medidas para reducir la mortalidad en caso de darse esa interacción.
  4. Apoyar la investigación de protección de espacios y la identificación de hábitats críticos en alta mar.
  5. Desarrollar o actualizar Planes de Acción Nacionales y Regionales de tiburones.
  6. Implementar la política de «aletas adheridas naturalmente» como el único método para garantizar una contabilidad adecuada de las capturas, así como el cumplimiento de las medidas de retención de tiburones.
  7. Desarrollar enfoques para evaluar la implementación y la eficacia de las medidas de captura accidental y compartirlos con todas las OROP de atún.
  8. Exigir a las OROP de atún que realicen dictámenes de extracción no perjudicial (DENP) de la CITES para cualquier especie incluida en el Apéndice II que las partes contratantes planean pescar y de las que planean comercializar productos de forma legal y sostenible.
  9. Implementar la moratoria internacional de la ONU que prohíbe las redes de enmalle de deriva (46/215) de más de 2,5 km que operan en alta mar.
  10. Incrementar los recursos financieros disponibles para las OROP de atún con el fin de lograr todo lo anterior.

Cobertura de observadores

Contrastando totalmente con nuestra demanda de una cobertura de observadores del 100%, en la actualidad las organizaciones regionales solo reclaman una cobertura de observadores del 5% en palangreros por ejemplo. Un porcentaje muy por debajo de lo necesario para poder recopilar datos fiables y específicos sobre especies de cualquier población. La baja cobertura de observadores no solo impide la gestión científica de tiburones y rayas, sino que también impide el seguimiento y el cumplimiento de lo estipulado.

La categorización de las capturas de tiburones y rayas oceánicas como “captura accidental” por las OROP de atún enmascara el hecho de que incluyen explotaciones pesqueras dirigidas a estas especies. Además, estos animales son a menudo una valiosa captura secundaria en las pesquerías de palangre y redes de enmalle (y a la deriva).

Los tiburones y las rayas oceánicas son importantes para la alimentación, los medios de vida, el turismo y el equilibrio ecológico, pero las recientes investigaciones destacan también su importancia en procesos a escala planetaria, como el secuestro de carbono (suceso que se produce cuando los cadáveres de tiburones y rayas se hunden hasta el fondo marino después de la muerte).

Se estima que la desaparición de este proceso mediante la pesca de estos animales y la extracción de este «carbono azul» ha liberado al menos 730 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera desde 1950. Recuperando poblaciones de tiburones y rayas oceánicas, además de otros grandes pescados como el atún, representa una importante solución basada en la naturaleza frente al cambio climático.

Fuente: WWF,

Artículo de referencia: https://www.wwf.es/informate/actualidad/?57141/Reclamamos-medidas-urgentes-para-frenar-la-sobreexplotacion-de-tiburones-y-rayas,



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