La mayoría de las especies «carismáticas» tienen un alto status en la biología de conservación y se suele pedir que estas especies tengan un nivel privilegiado de atención, a menudo en perjuicio de otras especies más comunes.

Sin embargo, un equipo internacional de investigadores dirigido por Franck Courchamp, Director de Investigación CNRS de la Universidad de Paris Saclay, ha descubierto que la popularidad de estos animales podría ser su perdición, ya que lleva a una autocomplacencia inapropiada sobre sus oportunidades de sobrevivir.

10 animales más carismáticos

Los investigadores utilizaron una combinación de encuestas online, cuestionarios en colegios, páginas web de zoos y películas animadas para identificar a los 10 animales más carismáticos.

Como podía esperarse, el tigre, el león y el elefante eran los primeros, pero los investigadores se quedaron sorprendidos al descubrir que estas especies están muy amenazadas en la naturaleza, con un gran declive en los últimos años.

La comunidad científica, de hecho, sabe poco sobre estas especies; por ejemplo, el número exacto de panteras, elefantes o gorilas que viven en la Tierra no se conoce, incluso aunque esta información parece muy importante.

Los investigadores también han descubierto que a pesar de la adoración pública por estas especies, la gente paradójicamente es ajena al hecho de que estos animales están cerca de la extinción, y por tanto no se movilizan para protegerles. ¿Cuál es la razón para que esto pase?

Población virtual

Los autores de este estudio trabajaron con la hipótesis de que la omnipresencia de estos animales en nuestra cultura y en los medios que nos rodean podría formar una «población virtual» engañosa que produce sesgos en la percepción pública del status de estos animales en la naturaleza, lo que hace que el público crea que son más numerosos de lo que realmente son.

El hecho de ver continuamente representaciones virtuales de estas especies en películas, libros, juguetes, anuncios, etc. podría hacer que la gente reciba la impresión de que estos animales tienen poblaciones saludables en la naturaleza.

Por ejemplo, los investigadores demostraron que una persona francesa ve de media más leones virtuales (en fotos, dibujos, logos y marcas) en un mes, que los leones reales que quedan en Africa Occidental.

«Inconscientemente, las empresas que usan jirafas, jaguares u osos polares con propósitos comerciales podrían estar contribuyendo activamente a la falsa percepción de que estos animales no están en riesgo de extinción, y por tanto no necesitan medidas de conservación», afirma Franck Courchamp.

Para rectificar este efecto, los investigadores proponen que las compañías que usan la imagen de especies amenazadas con fines comerciales deberían contribuir a las campañas de información que promueven su conservación, y que una parte de los beneficios comerciales (normalmente muy grandes), se utilicen para financiar la protección de las especies que las representan.

Fuente: Vozpópuli,



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