Águilas moteadas

Los conflictos humanos pueden tener impactos sobre la vida terrestre, desde la mortalidad directa y daño ambiental, hasta el desplazamiento de personas, cambio de dinámicas institucionales y alteración de economías. Concretamente, un estudio recién publicado en la revista ‘Current biology’ afirma que la invasión de Rusia a Ucrania ha causado perturbaciones en las aves migratorias, especialmente del águila moteada, que es una rapaz clasificada como vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Cuantificamos cómo el conflicto afectó al comportamiento migratorio de esta especie utilizando pistas de GPS y datos sobre los ataques”, argumentan los autores de este trabajo, de la Universidad de Anglia del Este y el British Trust for Ornithology (Reino Unido), y la Universidad de Ciencias de la Vida de Estonia. 

Migración de las águilas moteadas

Así es como los investigadores pudieron comparar el movimiento y la migración de las águilas moteadas en Ucrania antes y después de la invasión de un territorio en concreto, teniendo en cuenta también las condiciones meteorológicas. 

En palabras de uno de los principales autores, Charlie Russell, de la Universidad de Anglia del Este, «los conflictos armados pueden tener impactos de amplio alcance en el medio ambiente, incluidos cambios en el comportamiento animal […] Nuestro estudio proporciona la primera evidencia cuantitativa de esto, mostrando cómo las águilas migratorias se desviaban para evitar conflictos y pasaban menos tiempo repostando en los lugares de escala».

El efecto del conflicto

Tras equipar con dispositivos de rastreo GPS a varias águilas moteadas que se reprodujeron en la la región bielorrusa de Polesia en 2017 y estudiar su comportamiento y movimientos, concluyeron que las águilas migratorias expuestas a eventos de conflicto en Ucrania mostraron un comportamiento diferente en comparación con años anteriores. 

Utilizaban menos lugares para hacer escala (cruciales para conseguir alimento, agua y refugio) y escogían rutas más largas, con el fin de desviarse y evitar el fuego de artillería, aviones a reacción, tanques y otras armas. En consecuencia, su llegada a otras zonas de reproducción se retrasaba. “Nuestros hallazgos brindan una ventana poco común a cómo los conflictos humanos afectan el comportamiento animal y resaltan los impactos potenciales de la exposición a eventos de conflicto u otras perturbaciones antropogénicas extremas en la vida silvestre”.

Rutas más largas y con menos escalas

De media, viajaron unos 85 kilómetros más. Por otro lado, el grupo de investigadores también observó que las migraciones se alargaron alrededor de 246 horas en comparación con 193 antes del conflicto para las hembras, y 181 horas respecto a 125 antes de la guerra para los machos. Además, se detuvieron menos aves en Ucrania antes de regresar a sus zonas de reproducción. Sólo seis de 19 (30%) hicieron escala, en comparación con 18 de 20 (90%) entre 2018 y 2021.

 

Enlace: https://www.cell.com/current-biology/pdf/S0960-9822(24)00519-0.pdf 

 

Redacción Ambientum



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