Se trata de una innovación que ofrece ventajas económicas a los productores, quienes podrán de este modo disminuir el uso de fertilizantes y agentes de control biológico. En términos medioambientales, el proyecto RESFOOD que inició su andadura en noviembre de 2012 está llamado a mejorar notablemente la gestión del agua en el procesamiento de los alimentos. En lugar de desecharla después de su primer uso, el agua se reutiliza, una medida sencilla que podría, a la larga, recortar en entre un 50 % y un 80 % el consumo de agua y energía en el sector dedicado al tratamiento de alimentos.

Cabe destacar que RESFOOD no dedica su atención únicamente a la eficiencia en el uso de los recursos en la agricultura; también aborda cuestiones trascendentales de toda la cadena alimentaria, como lograr una producción de alimentos más segura, el reciclaje y la reutilización.

En el cultivo y el procesamiento de los productos alimentarios se utilizan, con gran ineficiencia, múltiples recursos naturales, como diversos minerales, agua, tierra, biomasa, terrenos y energía. Ello puede deberse a la carencia de conocimientos y soluciones tecnológicas y también a la falta de certeza sobre diversos aspectos relacionados con la salud y la seguridad. Otro reto de importancia en cuanto a la gestión de la cadena alimentaria es la gran cantidad de alimentos que se echan a perder.

Los responsables de RESFOOD realizan un análisis concienzudo de estos aspectos y formulará técnicas y métodos innovadores (como el exitoso ensayo de cultivo de la zarzamora ya mencionado) que fomenten la reutilización de los nutrientes, la energía, el agua y la biomasa y que incrementen al máximo posible la productividad.

El concepto de eficiencia de RESFOOD se basa en un planteamiento de cascada. Se trata de dar prioridad a las soluciones más eficientes y que requieren el menor esfuerzo (como la reutilización directa del agua y la biomasa). Seguidamente vendrían soluciones más complejas como la extracción de los productos útiles y de energía a partir del agua, así como la recuperación de materia valiosa a partir de la biomasa existente en los residuos alimentarios.

De los caudales de efluentes de la industria agroalimentaria pueden extraerse varios componentes valiosos, antes de remitirlos para la obtención de piensos o de bioenergía, aseguró Maarten Uyttebroek, de VITO, que encabeza el apartado del proyecto dedicado a la biomasa. Estos componentes se pueden aprovechar en distintas etapas de la cadena alimentaria, o bien en otros sectores, como el farmacéutico o el de los cosméticos. Así pues, aprovecharemos estos recursos con mayor eficiencia.

Otro propósito esencial consiste en mitigar los riesgos para la salud y la seguridad mediante la prevención de brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos. Con este fin se crearán métodos nuevos que mejoren la desinfección de las verduras e impliquen un menor consumo de agua en los procesos de clorado tradicionales. También se desarrollarán tecnologías nuevas para detectar la contaminación en una etapa lo más temprana posible de la cadena alimentaria.

En definitiva, RESFOOD proporcionará soluciones asequibles, prácticas y rentables para el conjunto del sector de la producción y el procesamiento de alimentos. Las nuevas técnicas suministradas contribuirán a crear mercados nuevos y a crear oportunidades nuevas para las empresas. El proyecto recibió de la UE fondos por valor de 4 335 900 euros y está programado hasta octubre de 2015.



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