Según estas organizaciones, la crítica situación de la chirla se debe principalmente a tres problemas. Por un lado, destaca el excesivo esfuerzo pesquero de las dragas hidráulicas, un método de captura destructivo que ha sustituido a las modalidades de pesca artesanal. Por otro, la pesca ilegal, a la que se suma también la captura de ejemplares por debajo de la talla mínima establecida para la especie. Las ONG señalan que las propuestas del sector, que el Presidente de la Junta de Andalucía ha prometido valorar, no supondrían una solución al problema, sino que, al contrario, agravarían la crisis.

"Una flexibilización de las medidas de gestión mediante la reducción de talla, la liberalización del número de horas de pesca o la apertura de zonas de Reserva impedirían la recuperación del stock y lo abocarían al colapso", declara Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa. Y añade: "La Junta de Andalucía debe actuar de manera responsable y velar por una actividad sostenible a largo plazo que mire por el interés de los pescadores y el recurso".

Las organizaciones hacen un llamamiento al sector para que asuma su responsabilidad en el estado del caladero y opten por estrategias a largo plazo. Acorde con las investigaciones del Instituto Español de Oceanografía (IEO), se estima que las capturas reales son el doble de las declaradas por el sector y que no queda chirla de talla legal en el caladero. De hecho, sólo en 2010 se incautaron más de 10.000 kg de chirla inmadura en Andalucía y casi 1.500 kg en el primer semestre de 2011.

Así, Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España, apunta: “Creemos que resulta fundamental una mayor participación del sector extractivo en la gestión de las pesquerías, y la chirla no es una excepción”. Y recuerda: “hasta la fecha el marco regulatorio, la sobrecapacidad y las malas prácticas de la flota han llevado a la pesquería a una situación límite que es necesario revertir a través de la corresponsabilización de la flota y resto de actores”.

Por su parte, Jorge Sáez, coordinador del Medio Marino de Ecologistas en Acción, insiste: “La crisis de la chirla es tan sólo un ejemplo más de la falta crónica de gestión y control de uno de los caladeros más ricos de Europa”. Y concluye: “afortunadamente hay cada vez más los pescadores del Golfo de Cádiz trabajando en estrategias de sostenibilidad. Son estos los esfuerzos que deben contar con el apoyo decidido de la Administración con el fin de lograr una explotación sostenible del caladero, asegurando e, incluso, incrementando los miles de empleos que de él dependen”.



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