Los acuerdos y proposiciones aprobadas por las comisiones sectoriales del Congreso de los Diputados muchas veces se quedan olvidadas en el archivo del Boletín Oficial de las Cortes Generales. Pero, cuando se trata de iniciativas de alcance y trascendencia global, valdría la pena hacer un estricto seguimiento para que los acuerdos se lleven a la práctica. Y más todavía si se trata de asuntos relacionados con la protección del medio ambiente.
En este sentido, se debe destacar que la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados aprobó el martes 10 de abril una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno a impulsar medidas legislativas para prohibir de forma progresiva los platos, vasos, cubiertos y otros utensilios de plástico destinados a un solo uso con el objetivo de prevenir y reducir la contaminación que provocan estos productos cuando se convierten en residuos.
La iniciativa había sido presentada por Unidos Podemos, En Común Podem, En Marea y finalmente fue transaccionada con los grupos parlamentarios de PSOE y Ciudadanos. El texto definitivo fue aprobado por 23 votos a favor y 14 en contra (de los diputados del PP).
La propuesta de proposición no de ley publicada el 16 de enero en el Boletín Oficial de las Cortes Generales indicaba en concreto: "El Congreso insta al Gobierno a: Impulsar las modificaciones legislativas necesarias para prohibir, con fecha de efectos de 1 de enero de 2020, el uso, comercialización, importación y exportación de utensilios como platos, vasos, copas, tazas, cubiertos y pajitas desechables, es decir, diseñados para su retirada después de un solo uso, íntegramente fabricados en cualquier variedad de plástico, estableciendo que, a partir del 1 de enero de 2020 que estos productos deberán ser fabricados al menos en un 50% con sustancias biodegradables procedentes de materias orgánicas, como el almidón o la fécula de patata y a partir del 2025, en al menos el 60%".
La aprobación de esta proposición es un paso adelante en la mejora de la gestión de los residuos pero solo será afectiva si el Gobierno decide ponerla en práctica, una respuesta que parece difícil en la actualidad puesto que todos los representantes del PP votaron en su contra.
