Este santuario internacional, establecido en 2002 entre Francia, Italia y Mónaco para proteger a los mamíferos marinos de los impactos negativos de las actividades humanas, alberga una alta concentración de cetáceos, como rorcuales (Balaenoptera physalus), cachalotes (Physeter macrocephalus) y delfines mulares (Tursiops truncatus), así como otras especies pelágicas, como atunes, pez espada, peces luna y tiburones. Sin embargo, las autoridades han sido incapaces de aplicar el plan de gestión del santuario, que está desprovista de medidas de protección reales para los cetáceos.

El problema planteado por la comisaria Damanaki es incluso mayor y extremadamente preocupante, ya que la UE se enfrenta a una perenne falta de gestión en las AMP. La red ecológica europea de AMP está lejos de haberse completado, con solo un 6% de aguas comunitarias protegidas, y Oceana considera alarmante que la mayoría de estos lugares sean meros “parques virtuales”, sin medidas reales de protección. Así, una reciente investigación de Oceana ha revelado que solo un 30% de las AMP del Báltico tienen un plan de gestión en vigor, y esta es la región con mayor protección marina de Europa.

“Sabemos que pocas AMP mediterráneas proporcionan una protección real al medio marino”, afirma Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa. “En la inmensa mayoría todo sigue igual: pesca, turismo, transporte marítimo e incluso dragados en algunos casos. Las autoridades deben encarar el problema y regular estrictamente las actividades que se desarrollan en estas pequeñas parcelas de mar que se ha decidido proteger por su valor natural”.

Los indicadores medioambientales del Mediterráneo ya han hecho saltar las alarmas: el 91% de los stocks registran sobrepesca, y los altos niveles de contaminantes y plástico, así como los efectos del cambio climático, están afectando a los ecosistemas. Las últimas evaluaciones confirman que ni una sola especie o hábitat marino protegido en la UE muestra un estado favorable, y parece probable que la actualización de 2014 indique un empeoramiento de la situación.

“Hacer que estas zonas protegidas pasen de virtuales a reales no solo constituye una obligación política, sino –lo que es más importante– una necesidad ecológica”, añade Nicolas Fournier, coordinador de la oficina de Oceana en Bruselas. “Las AMP suelen servir de refugio a especies como los cetáceos para alimentarse, reproducirse o descansar, pero cuando la presión humana es igual dentro que fuera, los animales marinos no tienen ningún sitio al que ir”.

Oceana espera que este llamamiento de la comisaria Damanaki a adoptar acciones contundentes revitalice el Acuerdo de Pelagos y se afronten los problemas que arrastra el santuario, como colisiones de ballenas con barcos y ruido submarino. Oceana insta al nuevo comisario de Asuntos Marítimos y Pesca a proseguir con esta ambiciosa tarea y así alcanzar el objetivo político de que todas las aguas de la UE gocen de un buen estado ambiental en 2020.



0 0 votes
Valoración
Suscribir
Notificar de
guest

0 Comentarios
Inline Feedbacks
View all comments