Los huertos urbanos son tendencia en las grandes ciudades

Los huertos urbanos vienen pisando fuerte desde hace algún tiempo como la mejor forma de llevar el campo a la ciudad y cada día es más frecuente ver ejemplos de este tipo. Las ciudades siempre han estado caracterizadas como junglas de asfalto en las que la naturaleza parecía brillar por su ausencia, y aunque bien es cierto que predominan en ellas el cemento y el hormigón, hay un creciente interés por vestir a nuestras metrópolis de verde.

De un tiempo a esta parte los huertos urbanos han ido entrando en nuestras vidas y cada vez son más comunes a nuestro alrededor ya que, no solo nos educan en materia de ecología, eficiencia y sostenibilidad, también ayudan a redecorar las ciudades y a transformarlas en lugares donde disfrutar de la naturaleza. Sus tipologías son diversas, pero hoy vamos a hablar de las nuevas normativas y tendencia en este sentido.

¿Parada de autobús o huerto urbano? 

Los huertos urbanos en Reino Unido han dejado de ser una moda para convertirse en un movimiento social que demanda jardines y huertos comunitarios gracias a la colaboración de vecinos y asociaciones sin ánimo de lucro. Está iniciativa ha tenido una gran acogida en los últimos años e incluso las autoridades locales han mostrado su apoyo con ayudas a la creación de espacios verdes. 

Esta iniciativa, no solo ha transformado azoteas y espacios abandonados, también ha puesto su lupa incluso en paradas de autobús. The Edible Bus Stop es un proyecto que tiene como objetivo la creación de huertos urbanos en los techos de las paradas de autobús, una forma de darle un nuevo look a las calles. Aunque en un principio lo que más llama la atención es el propio huerto, detrás hay mucho más, esta iniciativa es una forma de hacer amigos, conocer a tu vecinos y crear una cultura colaborativa que tiene como objeto el contacto entre personas con aficiones comunes.

¿Hortalizas colgantes? 

Si, habéis leído bien, los huertos llegan a la paredes. Los jardines colgantes son una realidad que cada vez están más presentes en las fachadas de los edificios, pero también es posible plantar frutas, verduras y hortalizas que le pueden dar un toque “agrario” a nuestras calles. Aunque esta iniciativa parece una forma simpática de cambiar el aspecto de nuestro edificios, en muchas ciudades africanas, donde la seguridad alimentaria está amenazada, puede suponer el futuro de la alimentación. De momento es una idea muy difícil de aplicar debido al alto coste de las infraestructuras, pero quizás en unos años sea una realidad.

Huertos en los aeropuertos

Siguiendo la línea de los jardines verticales, muchos aeropuertos se preparan para la implantación de huertos colgantes. Este es el caso del aeropuerto de Vancouver que tiene un proyecto encima de la mesa para implantar una estructura tubular de varios pisos hecha de cristal. Dentro de esta torre los trabajadores podrán cuidar y cultivar frutas, hortalizas y plantas para más tarde recolectarlas y consumirlas. Todo ello mediante la implantación de una forma de trabajo sostenible y eficiente donde el gasto de agua es mínimo y la energía procede del sol.



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