Los servicios de limpieza viaria atienden la retirada de los residuos viarios generados por la actividad ciudadana habitual. Sin embargo, las nuevas necesidades propician tratamientos complementarios y específicos para solucionar los problemas especiales que desbordan a los sistemas tradicionales de limpieza.

La sociedad ha tomado conciencia de los problemas que afectan al medio ambiente y la limpieza urbana debe adaptarse a los retos que plantean las nuevas necesidades teniendo en cuenta una serie de consideraciones generales:

  • Buscar el medio de reducir las causas que producen los ensuciamientos.
  • Conocer la toxicidad y peligrosidad de los residuos.
  • Planificar y fomentar la creación de infraestructuras y servicios que den facilidades al ciudadano para desprenderse de objetos inútiles y residuos especiales, evitando así su abandono.
  • Mejorar la calidad y formación del personal asignado a estas labores.
  • Generalizar el empleo de medios mecánicos y apoyarlos con una organización ágil y eficaz con medios de comunicación que incurran en prácticas asociales.
  • Educar y motivar al ciudadano en el respeto ambiental.

Dentro de este marco es donde encaja la implantación de servicios de apoyo, que en unos casos refuerzan a los tratamientos básicos de limpieza, y que se planifican para cuestiones concretas en otros.

    • Servicios de actuación inmediata. Es una prestación complementaria de la programación básica. Se trata de un servicio que engloba funciones de muy diversa índole, centrando su actividad en resolver problemas urgentes de limpieza viaria. Son muchas y muy variables las situaciones a las que se enfrentan estos servicios, por ello, sus características principales son la polivalencia, la alta preparación y el espíritu de colaboración, la capacidad de improvisar soluciones, de coordinarse con personas u organizaciones diversas y de afrontar el riesgo.

      Destacan las siguientes actuaciones de intervención rápida:

      • Recogida de combustibles, aceites, cristales u otros elementos que se hallan en la calzada tras un accidente de tráfico.
      • Recogida de vertidos producidos como consecuencia de intervenciones del servicio de bomberos.
      • Colaboración en la ordenación de áreas urbanas tras incidentes callejeros, gamberrismo, etc.
      • Eliminación de pintadas, pancartas y demás elementos publicitarios que exigen una retirada inmediata por sus características o circunstancias.
      • Retirada de arena o gravilla de la calzada procedentes de transportes de áridos que no han protegido su derrame con toldos.
      • Recogida de animales muertos en la vía pública.
      • Atención a demandas particulares de los ciudadanos, como recolocar una papelera abatida o un contenedor volcado, recoger residuos abandonados, etc.

      Cada unidad de intervención rápida está compuesta por dos operarios, un conductor y un operario auxiliar. El vehículo de intervención rápida, VIR, es un furgón de tipo medio comunicado por radio y dotado del equipo necesario para cubrir todos los servicios posibles. Como instalación fija, es conveniente que disponga de agua a alta presión como herramienta polivalente para actuaciones diversas. Los horarios y frecuencias de trabajo de los equipos de actuación inmediata serán definidos en función de las necesidades de cada ciudad.

    • Retirada de pintadas y carteles. La presencia de publicidad indeseada y de pintadas en las ciudades ha aumentado considerablemente, sufriendo un progresivo y alarmante deterioro en su imagen. El problema se suele presentar en las fachadas de edificios, cerramientos, vallas de solares en el área pública, monumentos y mobiliario urbano. A esto se suma la desatención de las zonas de titularidad privada por parte de los propietarios, que no se sienten responsables de este tipo de ensuciamiento. La retirada de carteles se ve dificultada por la calidad de los pegamentos y por el tratamiento del papel. Los elementos publicitarios más resistentes son las pegatinas de pequeño tamaño, sobre todo el PVC u otros materiales plásticos, y con pegamentos muy adherentes. Los graffiti, pintadas realizadas con rotuladores o aerosoles, se limpian fácilmente, pero resultan difíciles de controlar porque se encuentran en cantidades innumerables. La superficie sobre la que se efectúa la pintada aporta mayores dificultades, especialmente si se trata de una pared lavada con mortero o con acabado poroso o rugoso.

      La retirada de carteles y pintadas debe ser asignada a servicios independientes, equipados específicamente para dicha función, aunque resulta práctico efectuar batidas periódicas en localidades de tipo pequeño y medio, donde los tratamientos básicos del sector, ya sea barrido o baldeo, no están utillados ni tienen tiempo programado para realizar estas funciones.

    • Limpieza de fuentes. Las fuentes ornamentales, presentes en casi todas las áreas urbanas, ya sea zonas peatonales, parques públicos, jardines o plazas, precisan servicios especiales de limpieza y mantenimiento. Dado el carácter artístico de estas fuentes, es conveniente asignar los trabajos de limpieza a un equipo especializado. Éste, debe estar compuesto por uno o dos operarios, un vehículo de características similares a los vehículos descritos anteriormente y útiles específicos, cuya dotación estará dictada por las necesidades concretas de cada localidad.

      Este equipo atenderá tres actividades fundamentales:

      • La retirada de hojas, papeles y residuos del interior de la fuente.
      • El vaciado total del agua de la fuente y la limpieza a fondo de todas las superficies que han estado en contacto permanente con la misma.
      • La limpieza de las partes exteriores.

      Cada fuente debe ser visitada semanalmente, como mínimo, por el equipo responsable de su inspección y limpieza para efectuar estas operaciones. Asimismo, el equipo deberá informar de las anomalías que observe en el mecanismo, alumbrado, jardinería y otros complementos habituales en estas instalaciones. La debida atención de las fuentes requiere que estos servicios se programen para cubrir todas las necesidades de estos elementos urbanos, pues la falta de visión interdisciplinar hace que sea muy frecuente la descoordinación de los distintos aspectos que confluyen en ellas.

    • Limpieza de mobiliario urbano. El mobiliario urbano es competencia de departamentos municipales, empresas concesionarias y empresas autorizadas para su colocación. Las labores de limpieza y conservación de este deben incluirse en las condiciones de concesión o autorización, trámite común en el caso de elementos de uso ciudadano, como marquesinas de autobús, papeleras, quioscos, cabinas de teléfono, mupis publicitarios, etc., y anormal o excepcional en el de elementos de tipo más industrial, como farolas, postes y armarios de tráfico o señalización viaria. El equipo responsable de mantener el mobiliario urbano en condiciones dignas es muy variable, pero en general será lo más reducido posible y actuará con sistemas de limpieza mecánica o de agua a presión, herramientas, productos de detergentes y elementos auxiliares.

  • Limpieza de monumentos. Éstos caracterizan y definen la identidad de las ciudades, por eso su conservación y adecuado mantenimiento son tan importantes. Los monumentos precisan también de la eliminación de pintadas, la retirada de carteles y la limpieza a fondo de la suciedad de las fachadas producida por la contaminación atmosférica y por los excrementos de las aves. Es aconsejable que las labores de limpieza sean llevadas a cabo por empresas especializadas dirigidas por personal con conocimientos específicos sobre historia y restauración, y que sepan integrar los matices precisos para evitar alterar o dañar las características y valores históricos de los monumentos.
  • Limpieza de pasos subterráneos. Estos pasos sufren un grave ensuciamiento en paredes y techos debido a la existencia de partículas, manchas de grasas y emisiones de gases de escape de automóviles y camiones. Tal ensuciamiento reduce considerablemente el rendimiento del alumbrado por absorción de la luz, que puede llegar hasta el 70% de la luz emitida. La limpieza manual de los parámetros verticales de los pasos subterráneos puede ser muy eficaz, pero es lenta, cara y arriesgada, e interrumpe el tráfico por periodos bastante largos. Estas razones hacen aconsejable la mecanización de la limpieza mediante el empleo de equipos diseñados especialmente para dicho cometido, que permiten limpiar paredes y techos con sistemas de agua a presión en un ancho que oscila entre 2,5 y 5,5 metros según el tipo de vehículo y el sistema utilizado. El procedimiento habitual consiste en recorrer el interior del túnel proyectando sobre techos y paredes unas solución de agua y detergente a una presión aproximada de 7 kg/cm2 con un caudal de 200 l/min. Después de esta primera operación se efectuará una segunda limpieza con agua de 80 kg/cm2 de presión, que se adaptará dependiendo de la fragilidad de los soportes de iluminación del paso subterráneo. El equipo de limpieza estará auxiliado por personal que cuidará de regular el tráfico, recoger los residuos y eliminar el agua y las soluciones detergentes vertidas en el viario.
  • Limpieza de solares y áreas degradadas. La acumulación incontrolada de gran cantidad de vertidos en los solares provoca la formación de áreas degradadas repletas de todo tipo de suciedades y la presencia de insectos, roedores y plagas indeseadas. La forma más adecuada de acometer la limpieza de estas áreas es la de utilizar equipos mecanizados formados por palas cargadoras y camiones volquetes de gran capacidad, evitando al máximo cualquier intervención manual. Las palas cargadoras deben tener un corto radio de giro para poder maniobrar en espacios reducidos. Deben disponer de brazos de elevación que permitan un gran alcance y altura de descarga, y una capacidad de cucharón entre 1, 2 y 3 m3.
  • Eliminación de vegetación indeseada. El crecimiento abundante e indiscriminado de hierbas en los arcenes y cunetas de las carreteras de acceso secundario a las ciudades y en áreas sin urbanizar suele dar lugar a una acumulación de suciedad. En las zonas en que la hierba se presenta en forma regular y continua es posible realizar un desbroce periódico con vehículos especialmente capacitados para ello. Lo más razonable es disponer de algún vehículo que permita el acoplamiento hidráulico de los accesorios necesarios. De esta manera, el vehículo sólo estará ocupado durante algunas semanas, y podrá utilizarse para otras tareas el resto del año. Las máquinas desbrozadas manuales son muy útiles para estos fines.

    Otro método aplicable es la utilización de herbicidas, que deben ser de baja toxicidad, de manejo fácil y seguro y de absoluto respeto hacia el medio ambiente. La acción del herbicida a utilizar se ajusta a las siguientes características: Acción foliar, amplio espectro, biodegradación, lluvia, humedad relativa, temperatura, sequía, luz, plantas anuales y plantas perennes.

    En el tratamiento con herbicida puede usarse la mayor parte de los aparatos aplicadores terrestres: pulverizador de mochila, atomizadores, aparatos de volumen ultrabajo con gotas de tamaño controlado, etc. tomando las siguientes precauciones:

    • Evitar que la deriva producida por el viento alcance a cultivos próximos.
    • Realizar el tratamiento de forma homogénea para que actúe sobre todas las malas hierbas.
    • Utilizar volúmenes bajos de agua para que no haya pérdidas de producto por escurrimiento al suelo.

 



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