Los coches que permanecen mucho tiempo estacionados provocan problemas higiénicos.

El tratamiento de barrido mecánico tiene una serie de limitaciones que dificultan su prestación, privando a muchas ciudades de los beneficios y de las ventajas que reporta este servicio a la limpieza viaria.

La calidad del pavimento de la calzada es el primer factor que incide en la posibilidad de efectuar este tipo de barrido; no en vano, las máquinas barredoras no empezaron a popularizarse hasta que las pavimentaciones a base de macadán o de aglomerado asfáltico no se generalizaron en todas las ciudades. El barrido mecánico sólo puede aplicarse sobre pavimentos de obra uniformes, tratados y con las características mecánicas suficientes para poder soportarlo.

El gran inconveniente para estos tratamientos es el estacionamiento de vehículos, tanto en cordón como en batería. La mayor parte de los residuos de la calzada se acumulan en la franja colindante con la acera, y si está ocupada por vehículos, estos hacen imposible el barrido mecánico y obligan a recurrir al barrido mixto o manual. Sólo los viales en que está restringido el estacionamiento son adecuados para la prestación de este sentido; pero lo cierto es que, ante la falta de espacio, resulta muy frecuente que estos equipos encuentren en su avance vehículos estacionados que merman su productividad y eficacia.

En cuanto al barrido mecánico de aceras, la primera limitación la produce la anchura de estas, pues estos tratamientos no son eficaces en acerados de anchura menor a 1,5 metros. Las farolas y postes de señalización también merman estas anchuras, aunque puntualmente, y pueden ser limitativas por sí solas para la aplicación del servicio. Lo mismo ocurre con buzones, cabinas telefónicas, papeleras y, en general, con todo el mobiliario urbano. Las escaleras son otro elemento que interrumpe esta prestación.

Por otro lado, es necesario que las aceras tengan vados o rampas que hagan posible el acceso de las máquinas

Las frecuencias de barrido mecánico de calzadas, como las de cualquier otro tratamiento, están en función de los niveles de limpieza que se pretendan establecer y de su combinación con otros servicios. La periodicidad habitual, dependiendo del tipo de vía, oscila entre uno y tres días a la semana, y en circunstancias excepcionales puede llegar a barrerse incluso diariamente.

Para la limpieza de zonas con estacionamiento permanente de vehículos es conveniente establecer una frecuencia para limpiezas intensivas de, al menos, tres o cuatro veces al año. Estas limpiezas se hacen informando previamente a los vecinos de la prohibición de estacionamiento un día determinado en toda una serie de calles. Una vez libres esas calles de vehículos, se procede a realizar el barrido mecánico y se completa con un baldeo mecánico si se considera necesario. El aumento del parque de vehículos y los problemas que ocasiona la prohibición de estacionamiento en una amplia zona hacen cada vez más difícil poder realizar estas limpiezas especiales.

Para el barrido mecánico de aceras, dependiendo siempre de los niveles de limpieza deseados, las frecuencias del tratamiento deben estar en línea con:

  • 7 días a la semana coordinado con servicio de vaciado de papeleras.
  • 6 días a la semana, de lunes a sábado.
  • 5 días a la semana, de lunes a viernes.

Estas frecuencias de barrido mecánico también pueden combinarse con servicios de barrido de manual o de mantenimiento:

  • 3 días a la semana combinado con barrido manual.
  • 2 días a la semana combinado con barrido manual.
  • 1 día a la semana combinado con barrido manual.

Estas frecuencias permiten aumentar considerablemente los índices de calidad logrados por el barrido manual, pues retiran mejor el polvo y los residuos de pequeña granulometría.



0 0 votes
Valoración
Suscribir
Notificar de
guest

0 Comentarios
Inline Feedbacks
View all comments