El agua que se encuentra en la naturaleza, la podemos encontrar en ríos, mares, cuencas, y en forma de lluvia, que es una de las formas dinamicas del «Ciclo Hidrológico». La lluvia es la precipitación de gotas líquidas de agua.

Estas gotas tienen diámetros superiores a 0,5 milímetros y pueden llegar a unos 3 milímetros. Las gotas grandes tienden a achatarse y a dividirse en gotas menores por la caída rápida a través del aire. Por el contrario, la precipitación de gotas menores, llamada llovizna, suele limitar fuertemente la visibilidad, pero no suele producir acumulaciones significativas de agua.

La cantidad o volumen de agua caída se expresa como la profundidad del agua que se recoge en una superficie plana, y se mide en un calibre hasta del 0,25 milímetros.

Las masas de aire adquieren humedad al pasar sobre masas de agua cálida o sobre superficies de tierra mojada. La humedad, o vapor de agua, es elevada entre las masas de aire por turbulencia y convección. Este transporte necesario para enfriar y condensar el vapor es el resultado de varios procesos, y su estudio suministra una clave para la comprensión de la distribución de las lluvias en las distintas partes del mundo.

El fenómeno de elevación, asociado con la convergencia de los vientos alisios produce una banda de lluvias copiosas cerca del Ecuador. Esta banda, llamada zona de convergencia intertropical, ZCIT, se desplaza hacia el Sur o hacia el Norte según las estaciones.

En latitudes superiores, gran parte de la elevación también está asociada a los ciclones móviles que toman la forma de aire ascendente húmedo y caliente sobre una masa de aire más frío con una interfase llamada frente. La elevación se asocia, en una escala menor, a la convección de aire calentado por una superficie subyacente cálida que da lugar a aguaceros y tormentas. Las lluvias más intensas en cortos periodos de tiempo suelen deberse a estas tormentas.

El aire también puede ascender al verse forzado a subir sobre una barrera montañosa, con el resultado de que la ladera expuesta al viento, a barlovento, tenga lluvias más abundantes que la de sotavento, en el otro lado.

PRECIPITACIONES MEDIAS

La distribución de las lluvias es muy irregular, apreciándose fuertes contrastes de unas zonas a otras. La distribución anual de lluvia en la Tierra refleja la influencia de la distribución de las tierras y de los mares y de la altura del terreno. La precipitación más grande del mundo, unos 10.920 mm por año, se produce en Cherrapunji, en el noreste de la India, donde el aire cargado de humedad de la bahía de Bengala se ve forzado a ascender sobre las colinas Khasi del estado de Asma; hasta 26.466 mm de lluvia han caído en un año. Otros récords de precipitación incluyen los cerca de 1.168 mm de lluvia en un día durante un tifón en Baguio, Filipinas. 304,8 mm en una hora durante una tormenta en Holt, Estados Unidos y 62,7mm en 5 minutos en Portobelo, Panamá. En España, las mayores precipitaciones se registran en Galicia, cornisa Cantábrica y Serranía de Ronda.

PRECIPITACIÓN ARTIFICIAL

Pese a la presencia de humedad y de ascensión, a veces las nubes no llegan a producir precipitación. Esta circunstancia ha estimulado el estudio de los procesos de precipitación, en concreto cómo se forma una gota de lluvia a partir de cerca de un millón de gotitas diminutas en el interior de las nubes. Se diferencian dos procesos de precipitación: la evaporación de gotas de agua a temperaturas menores a la de congelación en pequeños cristales de hielo que más tarde caen a capas más cálidas y se funden, y la unión de pequeñas gotitas en gotas mayores que caen a velocidades superiores.

Los esfuerzos para efectuar o estimular estos procesos artificialmente han conducido a operaciones extensas de modificación del tiempo en los últimos 20 años. Estos esfuerzos han tenido un éxito limitado, ya que las regiones con mayores deficiencias de lluvias están dominadas por masas de aire sin humedad o altura adecuadas. No obstante, se han obtenido algunos resultados prometedores y se investigan activamente nuevos métodos de lluvia artificial. La influencia del relieve es decisiva en la repartición de lluvias, y con una periferia peninsular cerrada por todos los lados menos por occidente, las lluvias encuentran un obstáculo casi invencible para penetrar en el interior y en la región levantina.

 

LAS LLUVIAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA.

De forma general, el régimen de precipitaciones es de una gran variedad dentro de la Península influyendo notablemente el relieve, la orientación y la proximidad o alejamiento del mar. De acuerdo con el Índice de humedad definido como el cociente entre precipitación y evapotranspiración potencial de Penman. En España se pueden distinguir las siguientes zonas: Regiones áridas, parte de las Islas Canarias y el área del desierto de Tabernes en Almería; Regiones semiáridas, Depresión del Ebro, Almería, Murcia, sur de la cuenca del Júcar, cabecera de Guadiana y Canarias; Regiones subhúmedas, Cuenca del Duero, sur de las cuencas internas de Cataluña, Baleares y Guadalquivir, y Regiones húmedas, Galicia y la zona cantábrica.

Las lluvias están repartidas en dos periodos temporales: uno máximo en otoño y otro secundario en primavera, mientras que los periodos más secos son los correspondientes al invierno y al verano. Excepción general es el Occidente y el Sur de la Península donde los periodos más lluviosos son el otoño y el invierno.



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